Alto Paraná, culpa de Marito
En Itapúa, el viernes pasado, 31 de julio, el presidente Marito tuvo el cinismo de acusar al pueblo de Alto Paraná de la eclosión de covid-19 en ese departamento de nuestro país: “Esto fue porque la ciudadanía se relajó”, dijo.
Marito no pudo abofetear de manera más dolorosa a una comunidad que perdió el noventa por ciento de su actividad económica por cumplir con las cuarentenas que nos impone a discreción Julio Mazzoleni, su compañero de colegio.
Le hubiera preguntado los datos a su hermano Benigno López, ministro de Hacienda, quien tiene los números, y Benigno le hubiera explicado que no se puede ofender así a quienes se dejó literalmente sin comida.
Marito, y no el pueblo paranaense, es el culpable de la eclosión de covid-19 en Alto Paraná. Solo él dejó permeables las fronteras, mintiendo también en esto al país, para que la venta de cigarrillos a Brasil continuara beneficiando a su cómplice Horacio Cartes: Como no había que molestar a los contrabandistas de cigarrillos, estos pudieron seguir durante los últimos cuatro meses cruzando la frontera a Brasil sin protocolo, sin cuarentena y sin albergues.
El problema de estos contrabandistas lo reconocieron Guillermo Sequera, director de Vigilancia de Salud del Ministerio de Salud Pública, en “Mesa de Periodistas” por ABCtv el miércoles 29 de julio; el ministro Federico González, presidente de la Comisión de Defensa contra el covid-19, por la 7.30 AM ABC Cardinal el jueves 30 de julio, y el ministro del Interior Euclides Acevedo en rueda de prensa ese mismo día 30, en la propia Ciudad del Este.
A pesar de los datos reconocidos, Marito insiste en culpar al pueblo, seguramente porque mantendrá abiertas las vías del contrabando de cigarrillo, sacrificando la salud del pueblo paraguayo para que los contrabandistas puedan seguir comprándole a Cartes lo que venden en Brasil.
Marito acostumbra a mentir. Reconoció el 29 de julio, en Emboscada, que todo su discurso a favor de la democracia y en contra del principal violador de nuestra Constitución quien la amenaza gravemente, el Cartes de los cigarrillos, fue una mera mentira de campaña que ya le fue innecesaria tras las elecciones.
De modo que lo más seguro es que Marito mantenga abiertas las fronteras para el contrabando, aunque eso cueste vidas paraguayas.
Y que mienta también para mantener a Mazzoleni en el cargo de ministro de Salud, desde el que perjudica la lucha de nuestro pueblo contra el covid-19.
En marzo Mazzoleni fue informado de que, por el contrabando, Alto Paraná requería reforzar su sistema local de salud. No hizo absolutamente nada.
Hasta la muerte de una joven de 18 años paranaense con covid-19 que debió ser trasladada a Asunción por falta de camas de terapia intensiva en Ciudad del Este, el pasado 1 de julio, tres meses y medio después de haber Mazzoleni sido perfectamente informado, había allí solo ocho camas de terapia.
Mazzoleni ni siquiera pudo coordinar un puente aéreo sanitario para estos traslados, a ese nivel llega la incompetencia de un hombre que prefirió guardar quinientos millones de dólares durante cuatro meses antes que usarlos en esas necesidades, con el encubrimiento de su compañero Marito, quien también tiene la culpa de imponer a un incompetente para combatir al covid-19.