Otra daga a la libertad
del asunto hacia los demás animales a fin de no sentirse amenazados.
Esa resulta ser una reacción común también en el género humano ante circunstancias de la vida cotidiana que equivocadamente creemos que no nos afectan.
Estando a la vista las elecciones de representantes de abogados ante el Consejo de la Magistratura, debemos preguntarnos si esta elección, que afecta a un gremio determinado, es importante para la ciudadanía en general; y si la calidad de esa representación y el buen funcionamiento de este órgano autónomo trasciende los límites gremiales.
No obstante la obvia importancia del evento para abogados y abogadas, la ciudadanía en general parece preferir mantenerse indiferente a participar de un proceso crucial para el buen funcionamiento de la administración de justicia.
Esa actitud esquiva es responsable de que muchas cuestiones que nos afectan directamente estén como están porque no nos involucramos.
Nos han instalado en la mente, hace mucho, que la política es mala, que mejor no nos metemos, y el resultado es que nos han apartado interesadamente de todo cuanto nos importa, y lo hemos dejado ingenuamente en manos de personas que supuestamente nos representan, pero que solo se dedican a utilizar sus cargos para beneficio propio.
Ahora nos asombramos con sus Declaraciones Juradas, algunos han declarado fortunas incalculables, sin relación con su pasado de pobreza, ni con el salario percibido, ni con los cortísimos años en que fueron acumuladas.
No, señores, la política no es mala: lo malo es no meterse en política. La elección de representantes de abogados ante el Consejo de la Magistratura no interesa solo al gremio de abogados; interesa a todos porque se trata de un órgano que tiene que ver con la calidad de nuestra Justicia. Y el derecho a la Justicia es, después de la vida, probablemente el Derecho más importante al que mujeres y hombres podemos aspirar, ni siquiera la Libertad tiene real sentido sin Justicia, de la misma forma que no tiene sentido la vida misma, sin Libertad.
Los griegos, que acunaron a la Filosofía, madre de todas las ciencias y fuente de todo el pensamiento occidental, llamaban idiota al que no se involucraba en los asuntos políticos, ocupándose exclusivamente de sus intereses particulares.
Y tenían razón; nosotros lo hemos experimentado en carne propia: hemos pasado 140 años
En el argot coloquial existe una frase que dice que “valoramos las cosas, solo después de perderlas”, existen novelas, canciones, poesías, etc., que aluden a esta frase y tratan de hacernos comprender cuán importante es detenernos a mirar a nuestro alrededor y tratar de apreciar las cosas que nos rodean.
Hoy toca reflexionar sobre uno de los valores supremos del ser humano y lamentablemente gracias a cada vez más hábiles maniobras legislativas se encuentra en vía a su extinción.
Y gracias a la retórica interesada, y la demagogia de quienes