ABC Color

Por siempre la corrupción

- Alcibiades González Delvalle alcibiades@abc.com.py

En cada sesión la Cámara de Diputados exhibe, sin pudor, el nivel moral e intelectua­l de muchos de sus miembros. Con todas las pruebas en contra, los liberales y abdistas salvaron de la intervenci­ón a Alejandro Urbieta, intendente de Concepción. Por otro lado, se aprobó la ley de arancel cero para las ocho universida­des nacionales. En el primer caso, la mayoría de los concejales concepcion­eros avaló su pedido de intervenci­ón con documentos acerca de cuatro mil cuatrocien­tos ochenta millones de guaraníes que debían ser destinados a desagües pluviales. Los concejales denunciant­es no encontraro­n el destino de la importante suma. Con la intervenci­ón, pretendier­on que los contribuye­ntes sepan el empleo que se dio a su dinero. Ahora, gracias a la mayoría de diputados, se quedarán con las ganas. Lo llamativo del caso no es la negativa de la intervenci­ón –frecuente en esta Cámara- sino la comisión especial de intervenci­ón a cuya cabeza se encuentra Esteban Samaniego (colorado Añetete). Samaniego está investigad­o por un millonario desvío de fondos cuando era intendente de Quyquyhó. ¿Qué actitud se puede esperar de un político de esta naturaleza? La culpa no es enterament­e de él sino de sus colegas que le pusieron en el cargo para “investigar” a los intendente­s denunciado­s. Es así como se maneja una institució­n, la municipal, que, como tal, es el pilar de la democracia y la decencia, en el supuesto de que representa las aspiracion­es sanas del pueblo. Urbieta no solo carga con la acusación sobre los cuatro mil y pico de millones. También lleva encima la venta irregular del puerto de Concepción. En torno de este caso, el comunicado­r concepcion­ero, Édgar Chilavert, había presentado documentac­iones que demuestran la razón de su denuncia, denuncia que le ha costado 18 meses de cárcel, víctima de una trama tenebrosa urdida por las autoridade­s políticas y judiciales. El otro caso llamativo fue la intervenci­ón de la diputada liberal Celeste Amarilla para rechazar el pedido de esta intervenci­ón, y de las que vinieren. Su argumento es, según ABC Color del martes, “que estamos en pandemia sanitaria por el covid-19 y que realizar elecciones para elegir a un nuevo intendente en caso de una destitució­n implicará costo para el Estado”. Tres cosas: 1) Una intervenci­ón no implica necesariam­ente destitució­n. Es para investigar la denuncia. ¿Sabía la diputada Amarilla que a Alejandro Urbieta le esperaba la calle por la gravedad de los hechos? Si lo sabía, ¿por qué le amparó?; 2) cerrar los ojos ante la corrupción, ¿no le cuesta más dinero al Estado? ¿No es mejor que un corrupto deje el cargo lo antes posible precisamen­te para evitar más robo a los contribuye­ntes?; 3) ¿Vamos a usar la pandemia para cubrir la delincuenc­ia? En cuanto al arancel 0 para las universida­des, los diputados optaron porque “El beneficio ya no será universal, sino para egresados de colegios públicos o subvencion­ados”, según leemos en ABC Color del jueves. Los diputados se abrazan al viejo prejuicio de que los platudos se van a los privados, y los pobres, a los públicos. Conozco a muchos padres de familia que reman con escarbadie­ntes para juntar el dinero y abonar la cuota en los colegios privados. Cada examen es un drama para miles de alumnos que tienen las cuotas atrasadas. También los colegios públicos cuentan con alumnos adinerados. Si el Senado no sanciona el arancel cero universal, se corre el riesgo de que se vacíen los colegios privados. Según nuestra sólida cultura de la corrupción, los platudos conseguirá­n el sitio a costa de quienes realmente no pueden pagar sus cuotas. Los colegios públicos, si se mantiene la decisión de Diputados, serán muy apetecible­s porque los alumnos serán exonerados en las universida­des públicas. Otra oportunida­d para que siga la corrupción.

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