Brasil vuelve a entrar en recesión, golpeado por medidas de aislamiento
Brasil, primera economía de América Latina, registró una contracción récord de 9,7% en el segundo trimestre respecto al primero, cuando ya se había desplomado 2,5% debido a la pandemia del coronavirus, con lo cual entró formalmente en recesión, el Gobierno de Jair Bolsonaro minimizó la caída.
SÃO PAULO/PARÍS (AFP, EFE). El nuevo coronavirus y las medidas de confinamiento abocaron las potencias a una fuerte disminución del producto interior bruto (PIB), en muchos casos inéditas desde que se establecieron los métodos de cálculo actuales.
El resultado supone la mayor caída trimestral del PIB ya registrada en el país desde el inicio de la serie histórica, en 1996, y está dentro de las previsiones de analistas, que esperaban la baja histórico.
El PIB brasileño está actualmente al mismo nivel que a finales de 2009, cuando lidiaba con los efectos de la crisis financiera global.
El ministro de Economía, Paulo Guedes, restó importancia a esta caída y dijo que es el “sonido” de “un pasado distante” porque el país “ya está volviendo” a crecer.
Los operadores económicos esperan que Brasil retome el vuelo en el segundo semestre, aunque aún hay una gran incertidumbre sobre cómo será esa recuperación en vista de la evolución de la pandemia.
No obstante, esa reacción no impedirá que el gigante latinoamericano cierre 2020 con una recesión histórica, que algunos organismos internacionales,
como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, sitúan entre el 8% y el 9%, y el Gobierno en el 4,70%.
Igualmente, el Banco Central anunció que, como consecuencia igualmente de las medidas contra la epidemia, el déficit en las cuentas públicas fue récord en los siete primeros meses del año y que la deuda pública igualmente llegó a niveles históricos.
Agro en positivo
La paralización de las actividades hundió la industria y los servicios. Esos dos sectores, sumados, representan el 95% del PIB del país.
La actividad agropecuaria, sin embargo, se mantuvo en positivo y creció un 0,4%, impulsada principalmente por la producción de soja y café. La inversión bajó un 15,4%, y el consumo de las familias, otro de los motores económicos, lo hizo un 12,5%.
La irrupción del coronavirus enterró por completo la tímida recuperación que el país experimentó entre 2017 y 2019, cuando creció a un ritmo de alrededor de un 1 % anual. Esos tres años de expansión fueron insuficientes para revertir la aguda recesión vivida en 2015 y 2016, cuando el PIB brasileño cayó un 7%.
El Gobierno de Jair Bolsonaro defendió que las medidas adoptadas para mitigar los efectos de la pandemia, como la ayuda a empresarios para completar la nómina de sus empleados y un subsidio para los trabajadores informales, desempleados y las familias más carentes, “limitaron un deterioro más agudo de la economía”.
Además, Bolsonaro, anunció que presentará mañana al Congreso su ambiciosa reforma administrativa.