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“Inmigrantes que el Paraguay adoptó” se titula el libro, escrito por Luis Verón, que ABC Color pondrá en manos de sus lectores este domingo, ofreciendo semblanzas de los que llegaron al país desde distintas latitudes. Se trata del tercer volumen de la colección “Historias que la historia no cuenta”, editada por El Lector. El precio del diario más el libro es de G. 27.000.
Este es una historia apasionante que comienza de manera más organizada luego de la Guerra contra la Triple Alianza, cuando comenzaron a llegar a nuestro país contingentes de inmigrantes, sobre todo de Europa, y algunas personas de los Estados Unidos de América.
Tras la guerra, los gobiernos paraguayos impusieron algunas medidas para facilitar la venida de colonos con el fin de repoblar nuestro país totalmente devastado por la contienda, y comenzar el restablecimiento de una economía sustentable.
Estas medidas gubernamentales propiciaron la instalación en el país de grupos de inmigrantes de diversas
nacionalidades, la mayoría europea, que fundaron varias colonias en diversos puntos de la República, entre las que destacan las colonias Elisa (1893), originalmente llamada Colonia Belga de Mbocayaty y hoy conocida como Villa Elisa y que constituye una de las ciudades aledañas a la capital, poblada originalmente por belgas, daneses y suecos; Presidente González (1893), después llamada 25 de Noviembre, y actualmente conocida como Yegros; Nueva Australia (1893) y Cosme, fundadas por utopistas australianos; Trinacria (1898), establecida por un empresario italiano y cuya población después se dispersó, pero dando lugar a la ciudad de General Aquino,
en el departamento de San Pedro. Muchos de sus ocupantes pasaron a poblar otras ciudades como San Estanislao, Concepción y Asunción, donde inclusive dieron su principal característica a varios barrios capitalinos (en lo edilicio).
De fines del siglo XIX y principios del XX, datan varias otras colonias de inmigrantes, como Nueva Germania, fundada por utopistas alemanes liderados por Bernhard Förster, un antisemita recalcitrante, cuñado del célebre filósofo Friedrich Nietzche; al sur del país se fundó Hohenau (1900), en la zona central Nueva Italia, entre otras.
Luis Verón, luego de una minuciosa investigación, nos
brinda una amplia semblan za de inmigrantes extranjeros que hicieron mucho por la reavivación del Paraguay. Muchos de ellos se quedaron aquí y fundaron familias de mucho prestigio.
Entre dichos inmigrantes se hallan: el doctor Francisco Morra (fundador de la villa que lleva su nombre), el doctor Silvio Andreuzzi Passudetti, Sixto Adolfo de Perini (de gran labor en Concepción), Gaspar José (Benjamín) Balansá, Carlos Pfannel (promotor de la gran ganadería paraguaya), Federico Alberzoni (fundador de la fábrica de tejidos Pilar), William Paats, Domenico (Domingo) Scavone, el músico alemán Alfred Kamprad (quien estrenó la primera guarania de José Asunción Flores), el gran maestro argentino Juan Pedro Escalada, León Fragnaud (el de los pozos de agua en el Chaco), y el asombroso Tex Rickard, quien luego de vivir en el Paraguay volvió a los Estados Unidos, creó el emporio de los juegos en Las Vegas y fundó el definitivo estadio del Madison Square Garden de Nueva York.
Otro de los personajes que figuran en el libro es el inefable alemán Walter Bauer, una de las leyendas de San Bernardino.