Republian al cruel EPP por utilizer a moenores como carne de cacion
Familiares del agente policial Edelio Morínigo y del ganadero Félix Urbieta, secuestrados por el EPP y el EML, respectivamente, cuestionaron enérgicamente al primer grupo criminal citado por el reclutamiento de menores para su propósito. También exigieron saber sobre el destino de sus allegados.
ARROYITO, departamento de Concepción (Aldo Rojas Cardozo, corresponsal). “Lamentamos profundamente la muerte de dos menores de edad durante un enfrentamiento con las Fuerzas de Seguridad, quienes seguramente sin tener la maldad instalada en su corazón habrán sido obligadas por sus padres a integrar esta organización que ya tanta pena y dolor nos trajo”, expresó Liliana Urbieta, quien hizo de vocera del grupo.
“No entendemos o comprendemos la teoría de sus padres de enviarles a ellas en la primera línea de combate, ¿o acaso ya no tienen ni una pizca de humanidad”, cuestionó la hija del ganadero horqueteño Félix Urbieta, quien está secuestrado desde el 12 de octubre de 2016 por elementos del Ejército del Mariscal López (EML).
Obdulia Florenciano, madre del suboficial de Policía Edelio Morínigo, plagiado el 5 de julio de 2014 en Yby Yaú por la banda Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), también se sumó al pedido para saber sobre el destino de los secuestrados. Cuestionó además al grupo armado por el reclutamiento forzoso de menores de edad.
“Somos dos familias que mucho tiempo la pasamos mal y sufrimos esta espera, con esta angustia de querer saber dónde están estos dos secuestrados”, reclamó.
“Le pedimos a las abogadas de los Villalba (Daisy Irala), a Liliana (Villalba), a Magna Meza, a todas las personas que integran este grupo; yo como mamá y vos Liliana, a vos, Magna Meza que sos mamá, tenés también a tu hijo que quebranta tu corazón como a mí me quebranta mi hijo, día y noche”, imploró la madre de Edelio.
Reclamo de Buenos Aires
El Gobierno de la República Argentina demandó ayer al de Paraguay el esclarecimiento y la identificación de responsables por la muerte de las dos niñas argentinas de once años, ocurrida el miércoles durante un avance de los militares de la FTC en un bosque.
“Se deja constancia que las autoridades paraguayas solicitaron la cooperación argentina ante la imposibilidad de identificar a las víctimas y que, con base en información dactiloscópica recibida desde ese país, cuerpos forenses argentinos pudieron verificar que no existían antecedentes en el Sistema Automático de Huellas Dactilares argentino, pero que, al consultarse el Registro Nacional de las Personas (Renaper), fue posible determinar que las fallecidas son dos menores de nacionalidad argentina, nacidas el 29 de octubre de 2008 y el 5 de febrero de 2009, por tanto ambas de once de años de edad”, señala el comunicado de la Cancillería argentina.
“Se mantienen contactos con las autoridades paraguayas a efectos de esclarecer las circunstancias en que se produjeron los decesos y se han iniciado los trámites consulares pertinentes. Hasta tanto se aclaren las circunstancias de estos lamentables fallecimientos, sobre la base de evidencias, se considera incorrecto hacer apreciaciones prematuras”, añade la misiva.
La Cancillería paraguaya emitió por su parte un comunicado de respuesta expresando “su sorpresa” por el tenor de la nota enviada por su par de Argentina. Demostró también “su interés de cooperar con las autoridades argentinas para realizar las pruebas necesarias de ADN para establecer los vínculos de esas personas que las inscribieron en el Renaper, en vista a que existen evidencias de que nacieron en territorio paraguayo, de madre y padre paraguayos”.