ÑE, E MBEGUEPE
Así como están las cosas, se viene el “blanqueo” en el caso de los audios filtrados. Así dicen. La Operación Cicatriz está operando a full para dejar impune a “Peluquín”, el “árbol que da frutos” del “Nuevo Rumbo”, quien se somete este jueves 10 de setiembre al juicio oral y público.
Cuentan los que saben que ya tiene un lugar asegurado en los primeros lugares de la lista de Achecé para el Senado en el próximo periodo. El martes vamos a saber la suerte del “partner”, quien afronta un juicio oral por supuesto enriquecimiento ilícito. Si sale airoso, quiere decir que ya está “cocinado” el asunto, conste que la fiscala Victoria Acuña presentó una buena acusación en este caso.
¿Dónde está el grupo de seccionaleros que sieeempre se indignan por supuestas malas administraciones de intendentes opositores? ¿Por qué no se pronuncian sobre sus correligionarios también? Evidentemente para estos personajes la indignación tiene color.
Lo único que falta es que algún “patrón” les ordene que pongan la cara por el senador Javier Zacarías Irún y el diputado Hernán David Rivas, quienes son cuestionados como representantes de sus respectivas cámaras ante el Jurado de Enjuiciamiento. Uno es procesado y se va a erigir en juez de jueces. El otro, ni siquiera tiene un título de abogado para tratar de entender los temas que se tratan en ese órgano extrapoder.
Algunos de sus colegas opositores le pidieron a Zacarías Irún que renuncie. Hasta el momento el legislador esteño no dice nada. Ergo: se aferra a esa representación. Ante esta situación, estamos más cerca de la vacuna del covid-19 que de la salida de ZI del Jurado. No tiene vergüenza el titular de la ANR y de Diputados Pedro Alliana porque a cara descubierta convierte la Cámara Baja en un “aguantadero”, en complicidad con la mayoría de sus correligionarios cartistas y abdistas.
La Comisaría 10ª Metropolitana está perdiendo por goleada contra la delincuencia en la zona de Campo Grande. Una vecina denunció que a las 16:30 le robaron el auto frente al colegio Iturbe.
Para llorar son los números del Presupuesto General de la Nación para el 2021. Los trabajadores formales tendrán que trabajar cada vez más para impuestos que se destinarán a mantener el gran aparato del Estado. Encima, los funcionarios públicos trabajan ahora menos horas y cobran igual.