Empresas se retiran de Argentina o recortan sus negocios ante la crisis
Varias empresas extranjeras han anunciado en los últimos meses su salida de Argentina o la venta de parte de sus activos, un fenómeno que evidencia las dificultades para invertir en un país sometido a décadas de populismo.
BUENOS AIRES (EFE).
La estadounidense Axalta, las alemanas BASF y Gerresheimer y las francesas Pierre Fabre y Saint Gobain Sekurit son algunas de las empresas que han comunicado su decisión de retirarse o achicar sus negocios en Argentina, por la inestabilidad económica del país.
Quizás el caso más resonante sea el de la aerolínea chilena Latam que, con 1.700 trabajadores en Argentina, anunció en julio el cierre de sus operaciones en el país tras señalar la falta de “viabilidad” de un “proyecto sustentable” dadas las “actuales condiciones de la industria local, agravadas por la pandemia”.
A la lista se suman el grupo chileno Falabella y la petrolera estatal uruguaya Ancap, que en los últimos días han confirmado que planean la venta de activos en Argentina.
Ancap anunció el pasado lunes que realizará un proceso competitivo para la venta de sus acciones mayoritarias en la firma de logística argentina Carboclor, mientras que la minorista Falabella comunicó ese mismo día que analiza la entrada de un socio estratégico en Argentina y que cerrará cuatro de sus 19 tiendas en este país, dos de la marca Sodimac y otras dos de Falabella Retail.
Argentina transita su tercer año en recesión, pero ya lleva décadas de una economía inestable, que sube y baja, y sometida a medidas políticas caracterizadas por el populismo de diversos gobiernos. Golpeada, además, por la pandemia, la economía caería este año un 12%.
La inflación, altísima desde hace varios años, sería en 2020 del 37,8%.
Hay restricciones cambiarias, una alta presión tributaria y un complejo entramado regulatorio.
Juan Tripier, senior manager de la consultora First Capital Group, dice que la cantidad y el volumen de las operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A, en inglés) son un “buen indicador” del grado de estabilidad macroeconómica de un país ya que esta es “necesaria para planificar una inversión”.
De acuerdo a datos de Fist Capital Group, en el primer semestre el número de operaciones de M&A cayó un 25% y los valores de las transacciones se derrumbaron un 85%, “uno de los registros de actividad más bajos de la última década”, apunta Tripier.
Según un informe de OJF, en la primera mitad del año se anunció apenas una veintena de operaciones de M&A por unos 500 millones de dólares, un cuarto del volumen de las registradas en igual período de 2019.