Abrir el puente y escuchar más a los esteños.
En una medida con pocos precedentes, el joven intendente Miguel Prieto declaró una “huelga por tiempo indefinido” en la Municipalidad de Ciudad del Este a partir de mañana, en coincidencia con la anunciada movilización del populoso sector de pequeños transportistas, al que se le sumarán probablemente otros sectores, por la apertura del Puente de la Amistad. Más allá de cualquier consideración legal, el inusual hecho tiene un alto contenido simbólico. Denota la desesperación y el hartazgo del segundo mayor distrito del país y uno de sus principales puntales económicos, que se siente abandonado, y hasta rebajado y discriminado, por lo que perciben como una burocracia central y una parte de la sociedad indiferentes, incapaces de dimensionar desde sus cómodos sillones en Asunción la gravedad y la profundidad de la crisis en la frontera esteña. Después de siete meses de paralización, a esta gente ya no se le puede ir con más promesas que nunca se cumplen ni con “soluciones” a medias que no van a funcionar.