Revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú: “Hay que definir los objetivos”
Se está trabajando en definir los objetivos para la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú, señaló el nuevo representante alterno de Itaipú ante el Grupo de Trabajo Jurídico, que servirá de apoyo al Equipo Negociador del documento de referencia, Mario Paz Castaing.
El doctor Mario Paz Castaing era integrante de la comisión asesora ad honorem de la Cancillería para la revisión del Anexo C desde agosto del 2019 hasta marzo de este año, mes y año de la última reunión. Hace unas semanas se incorporó al Equipo de Trabajo Jurídico.
-¿Cuál es su tarea desde esa nueva posición?
-Ahora se trata de proporcionar información a las consultas que hagan los negociadores designados por el Poder Ejecutivo. Hay un equipo negociador designado. Se han creado grupos de apoyo en el ámbito técnico, jurídico, financiero y comercial, y en esos cuatro grupos, cada uno otorga informaciones, responden a consultas, todos los materiales de apoyo que precisen o necesiten los integrantes del equipo negociador en diferentes situaciones, incluso hasta en algunas que ni siquiera estarían previstas, pero para ver todos los escenarios posibles en el momento mismo de la negociación.
-¿A su criterio cómo estamos avanzando en los preparativos para el 2023?
-Se está avanzando en el sentido de que por lo menos se han escuchado los informes
de distintos sectores, incluso de partidos políticos, profesionales, de la sociedad, de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción. Todos han hecho propuestas, que tienen que estar evaluando quienes tienen la responsabilidad de negociar. Yo entro en el equipo del área jurídica para responder desde el ámbito de las relaciones internacionales y las cuestiones legales que hagan a la aplicación del derecho internacional en la materia. Fundamentalmente la experiencia en muchas negociaciones públicas a lo largo de nuestra trayectoria política. Esta es una cuestión de Estado, de país a país, que van a tener que resolverla no solo los poderes ejecutivos sino también los congresos si se introducen modificaciones, si las partes deciden modificar el Anexo C del Tratado de Itaipú.
-Poco o nada es lo que se sabe del trabajo previo que están realizando. Hay mucho hermetismo. ¿A qué cree que se deba esto?
-Hay posiciones que se conocen públicamente, hay sectores que manifestaron en diferentes escenarios, conferencias. Recuerdo bien las ponencias de la Politécnica, en varios sitios, dirigido a ofrecer alternativas para esta negociación que se propone
a los 50 años del cumplimiento del Anexo C del Tratado de Itaipú. Desde ahí tendría que empezar a proyectarse cuáles serían esas iniciativas. Hay otras cosas que evidentemente, por decisión de las propias autoridades, no las revelen, por una cuestión de estrategia en la negociación. Pero eso finalmente se va a transparentar, porque no hay cosa que se pueda hacer si no se tiene un conocimiento generalizado y asumido por la sociedad. Pero para eso hay que definir objetivos, y creo que en este momento se estará haciendo esa tarea de definir los objetivos.
-¿Entonces, no cuentan nada porque todavía no hay objetivos definidos?
-Se están definiendo objetivos y estrategias. Conocemos de Brasil, algunos puntos interesantes que algunas autoridades económicas, financieras y vinculadas a la energía del Brasil han manifestado cuáles serían sus puntos de interés cuando se ponga sobre la mesa la revisión del Anexo C, pero puede que las partes decidan no revisar y mantenerlo, pero si apuntan a una revisión, entonces ya algunas manifestaciones que han hecho sectores interesados del Brasil, relacionados a la disminución del costo de la tarifa.
Esta tiene que tener una visualización de acuerdo a los intereses paraguayos. Nos conviene, o no, deberíamos avanzar o no en tal sentido. Acá hay que buscar el interés que defienda el mayor beneficio para el Paraguay. En eso se pondrá el empeño del equipo negociador.
En mi caso, como grupo de apoyo, la responsabilidad es proporcionar respaldo en las consultas que se nos formulen o en los informes que se nos requiera.
-Faltando tan poco para el 2023, ¿cómo ve el hecho de que todavía no tengamos los objetivos definidos?
-Si nos atenemos a la letra del Tratado, la negociación debería empezar en el 2023, pero hay un interés aparente de anticipar esa negociación, y creo que la voluntad
es avanzar en la conformación de los debates que son básicos para saber qué quiere el Paraguay y qué tenemos que definir como estrategia de cara al futuro, al desarrollo del país, y al fortalecimiento eléctrico, que son los temas claves.
En esta primera instancia, será el Poder Ejecutivo, a través del Equipo Negociador designado, y la Cancillería, como brazo ejecutor, pero luego, si hubiese una definición que modifique el Anexo C, van a ser los congresos de los dos países los que van a intervenir.
-¿Cree que estamos a tiempo para todo lo que se viene?
-Estamos a tiempo, si miramos los tiempos legales y políticos, sí. Lo que afecta al avance más acelerado es el
agravamiento de la pandemia, que cambia las ecuaciones y los números y los avances y retrocesos en las economías en todos los países. Eso afectará también a la lectura o el repensado que se manejaban prepandemia. Pospandemia probablemente se tengan que incorporar componentes que antes no se tenían previstos.
-¿Qué pasó con el grupo ad honorem desde la pandemia?
-Desde marzo hasta julio no hubo movimiento. Esta es una cosa que afectó a todos los sectores. No es lo mismo. A veces se requiere la reunión presencial, sobre todo en instancias en las que se van a trazar estrategias, plantear objetivos. Si bien se puede hacer por la vía telemática, entiendo que no es lo mismo.