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Tras diez años de ausencia de las pasarelas y de los editoriales de moda, en el mes de febrero de 2020 sorprendió al formar parte del último desfile de Balmain. La modelo asegura que la decisión de alejarse de los focos “fue muy meditada. En aquel momento, a mediados de la primera década del 2000, seguía en la cresta de la ola. Estaba haciendo los mismos desfiles que antes y trabajando con las firmas de siempre”, señala.
Y, añade, que necesitaba alejarse de esa vida para hacer cosas para las que nunca había tenido tiempo, “como sacarme el carnet de conducir. Lo bonito de vivir es poder evolucionar y fluir. Y yo sentía que era el camino que tenía que escoger en ese momento”.
Tras diagnosticarle una enfermedad inmunológica que la llevó a tomar una fuerte medicación durante más de cinco años, Esther Cañadas desapareció completamente de la vida pública. Durante este retiro en 2014 nació su única hija. Para proteger la intimidad de ambas, decidió mudarse a México, donde ha vivido desde entonces. “He intentado mantener lo máximo posible la privacidad tanto de mis seres queridos como de mi hija para que pudiera crecer y tener una infancia libre y natural”, ha explicado y ha destacado que México ha sido “maravilloso” para sus primeros años de su vida.
Su mirada azul penetrante, sus andares felinos y su cabello rubio copaban las campañas de firmas emblemáticas como Donna Karan, Dolce & Gabbana o Yves Saint Laurent, al mismo tiempo que su vida personal atraía el interés del público que conocía cada uno de sus pasos y sus relaciones amorosas.
A sus 43 años, la modelo no ha perdido un ápice de su belleza, y su atractivo ante la cámara sigue siendo abrumador. EFE.