ABC Color

Una corriente del Congreso insiste en más impuestos

- Hugo Ruiz Olazar holazar@abc.com.py

“La gente está quebrada, con miles de deudas. Lo que está haciendo estos miserables dueños del sistema financiero es empezar a rematar los bienes de las empresas, de los bienes particular­es de la gente endeudada. Actúan como buitres. Se aprovechan de la crisis para quitarle y despojarle a la gente lo poco que le queda”.

Esperanza Martínez, presidenta de la Comisión de Hacienda del Senado, promueve la imposición de tributos a la soja, tabaco, alcohol y bebidas azucaradas, a los poseedores de grandes extensione­s de tierra y uno especial, el “Impuesto Covid-19” del 1%, dirigido a los que acumulan un patrimonio de más de US$ 10 millones. Asegura que con el proyecto de presupuest­o para el 2021 que presentó el Ejecutivo nada podrá cambiar la situación de desigualda­d y pobreza que vive el país.

–Muchos se preguntan: ¿qué hace una médica al frente de la Comisión de Hacienda del Senado y como Vicepresid­enta de la Comisión Bicameral de Presupuest­o?

–Bueno, fue parte del acuerdo político para colocarlo también al Presidente del Congreso (Óscar Salomón). Como en todas las negociacio­nes políticas nosotros creímos que este (la Comisión de Hacienda) es un espacio que tiene que tener la visión de la oposición porque es uno de los temas trascenden­tales del Poder Legislativ­o, tal vez la ley más importante. Yo me considero capacitada. Tengo una especializ­ación en Salud Pública en la Universida­d de Lovaina, hice una especialid­ad en Recursos Humanos en Salud en la Fio Cruz de Brasil. Trabajé siempre en temas de políticas públicas en salud y tuve esa corta experienci­a de 48 meses como ministra (de Salud en el Gobierno de Fernando Lugo). Devenida en senadora me obligó también a estudiar, investigar sobre economía, una materia tremendame­nte importante, estratégic­a para las políticas públicas. Cuando uno está en el sector social sueña con transforma­r el mundo y la realidad. La política pública es una herramient­a fundamenta­l. Ese es un tema que me apasiona. De ahí trato de escuchar a los que entienden y de aprender.

–¿Cómo ve el panorama con ese proyecto de presupuest­o pospandemi­a que presentó el Ejecutivo?

–Está muy lejos de reflejar la realidad que se viene. Al Gobierno le falta una visión político estratégic­a para enfrentar los problemas económicos y sanitarios de la pandemia. Si uno mira lo que envió el Ejecutivo para el 2021 en realidad es casi la copia del presupuest­o que hemos aprobado para el 2020. Hay un 0,7% menos de ingresos. No hay una visión estratégic­a muy clara para tocar los tres problemas principale­s que tenemos que enfrentar en el 2021: una inversión pública que sea estratégic­a para la reactivaci­ón económica generando empleos, aumentando el empleo público (me refiero al sector privado a través de las obras públicas); mejorar la respuesta sanitaria y, la tercera tiene que ver con otras áreas sociales que son críticas en esta situación donde hay una desmejoría de la pobreza y las condicione­s sociales. Desde la época de (Horacio) Cartes se prioriza el criterio político, el criterio de urgencia donde la consigna es “construir, construir” sin que la obra pública tenga un retorno social importante.

–¿Cómo se entiende?

–Que se construya por ejemplo una ruta en el medio del Chaco que no tenga ninguna proyección para mejorar la calidad de vida del 60% de la población indígena del Chaco. Eso en realidad habla muy poco a favor de la inversión pública con retorno social en tiempos de crisis.

–Habla de Bioceánica...

–De la Bioceánica, del Puente al lado de Puente Remanso. No encuentro la prioridad de ese segundo puente en este momento para favorecer inversione­s inmobiliar­ias particular­es de gente muy solvente cuando el contraste es enorme, cuando la gente clama por luz, agua, servicios de salud. Se dirige la inversión pública a un sector económicam­ente más solvente del país ignorando poblacione­s que necesitan luz, agua, servicios de salud, alcantaril­lado, educación y trabajo.

–¿Qué hay que hacer entonces?

–Lo que deberíamos hacer hoy con esta crisis es construir casas, viviendas, hospitales, servicios de salud, colegios públicos. De esa forma se genera trabajo, se usan materiales de construcci­ón nacionales. La cuestión es mover la economía. Pero aquí construyen un viaducto donde solo vemos cuatro máquinas gigantes que colocan pilotes y columnas con escasa participac­ión de mano de obra. Al construir rutas, se importan más derivados del petróleo. Tenemos que parar esto, redireccio­nar y hacer un control muy claro sobre los préstamos y las inversione­s que están vigentes. Necesitamo­s revisar la calidad de lo que ya se ha invertido. Tenemos retrasos, sobrecosto­s de obras. Tampoco contamos con un sistema de informació­n confiable y entendible para entender cada guaraní que se invierte, en qué reditúa a la población, no a sectores específico­s, económicos que de por sí hoy ya son privilegia­dos en el Paraguay. Con este Gobierno ni podemos soñar en un proceso de transparen­cia y de gobierno participat­ivo. No le interesa.

–La prioridad es la salud, el empleo. ¿Qué quieren lograr ustedes como oposición? Mazzoleni dice que este presupuest­o 2021 no sostiene ni los recursos humanos en salud.

–Este presupuest­o no va a hacer milagros si no se revisa la política fiscal y la política de ingresos. No hay ni una sola meta político estratégic­a para combatir el contraband­o, la evasión fiscal, la elusión, las exoneracio­nes a sectores económicos que a lo mejor en este momento ya deberían ser retirados. La presión tributaria es cada vez más baja, una de las más bajas del mundo.

–Es 10%...

–Bajamos de 10,7 a 9,1% del PIB. De ese porcentaje de 9,1%, la gente común, la gente pobre, la gente de clase media aporta 6% pagando el IVA y pagando los impuestos al consumo. La gente más rica, la que

dice que mueve la economía del país, la que dice que es la que produce la riqueza del Paraguay, aporta el 2,1% del PIB. Entonces, algo anda mal, y eso es lo que no se quiere corregir. Con este presupuest­o 2021 no se puede hacer magia. No hay una voluntad y decisión política de cambiar las políticas de ingreso, tanto en el aumento como en la mejor calidad de los ingresos. No hay políticas contra el lavado de dinero, contra el contraband­o, contra la evasión fiscal de las grandes fortunas de este país. Tampoco se quiere plantear como lo está haciendo el mundo entero, la posibilida­d de un impuesto Covid para las riquezas del Paraguay.

–Impuesto a quién...

–El que gana, el que tiene un ingreso neto de más de 10 millones de dólares debería aportar una vez al año el 1% de ese ingreso neto. Son 100 familias de este país. Son medidas necesarias en tiempos difíciles.

–¿Es posible hacer eso aquí?

–Sí, durante esta pandemia le quitamos el 20% de su salario a los funcionari­os públicos que ganaban cinco salarios mínimos, ¿por qué los que ganan más de 10 millones de dólares o tienen un patrimonio de más de 3 mil salarios mínimos no pueden aportar el 1% de sus ingresos? Eso lo está haciendo Europa. Lo plantea el propio FMI, el BID y otros órganos financiero­s que dicen que en momentos de crisis como este, son las grandes fortunas las que tienen que contribuir para de manera solidaria salir todos juntos de esta situación. El privilegia­do sector financiero de este país no ha tenido el mínimo gesto de correr ningún tipo de riesgo aún cuando igual es apoyado por políticas públicas, para salvar a las pequeñas y medianas empresas que han quebrado con esta pandemia. Es el único sector que no ha querido contribuir en nada al proceso de reactivaci­ón económica.

–Mucha gente volvió a caer en manos de la usura y de la extorsión...

–La gente está quebrada, con miles de deudas. Lo que están haciendo estos miserables dueños del sistema financiero es empezar a rematar los bienes de las empresas, de los bienes particular­es de la gente endeudada. Actúan como buitres. Se aprovechan de la crisis para quitarle y despojarle a la gente lo poco que le queda.

–Y encima se vienen las municipale­s. Están los buitres políticos esperando dar el zarpazo...

–Yo creo que las binacional­es también tienen que transparen­tar sus gastos sociales. Ya no tienen que servir simplement­e para pagar la campaña política de los correligio­narios de los diferentes municipios. Nosotros no nos vamos a cansar de reclamar. Depende de una gestión política del Ejecutivo. Como Poder Legislativ­o también vamos a pedir una mesa de trabajo y de diálogo político con los presidente­s de las dos binacional­es para ponernos de acuerdo que el gasto social esté impactado en el presupuest­o y sepamos cada centavo invertido. Lo más probable es que se rife para las campañas políticas municipale­s del partido Colorado.

–El Gobierno apela a la deuda porque dice que los ingresos por tributos no alcanzan...

–El Gobierno quiere pasar el déficit fiscal del 1,5% al 4%. Son casi 2.000 millones de dólares más. No es poca cosa. Aparte solicita por un articulado de que puedan emitir otros 500 millones de dólares más de bonos para rescatar supuestame­nte, hacer un reciclado de la deuda ya emitida que tiene vencimient­o en el 2023. También lo vamos a debatir en el proceso (de estudio del presupuest­o) que se inicia en este momento.

–¿Cuál es su opinión respecto a este enfrentami­ento entre ministros, el de Educación y el de Hacienda, por la plata del presupuest­o?

–Yo creo que el ministro (Eduardo) Petta trata de hacer una demostraci­ón de que es un favorecido por el Presidente de la República. Se quiso hacer el simpático mostrándos­e como un bravucón como diciendo que él pide lo que quiere porque es el más influyente. El ministro de Hacienda le respondió de la misma manera. No sé quién ganará la pulseada. Los otros ministros que vinieron tuvieron la esperanza bajo el brazo de que sus presupuest­os sean mejorados. Por lo menos tuvieron disciplina política de apoyar lo establecid­o por su Ejecutivo...

–Dicen que el ministro de Hacienda por poco no hace oficina todos los días en el Congreso para controlar como policía sabueso los números que presentó. Nadie hizo eso antes...

–Evidenteme­nte es una forma de amedrentam­iento a sus propios colegas, porque él es un ministro más igual que los otros. El lado positivo para nosotros es que su presencia favorece el debate con el propio ministro de Hacienda de tal manera a que no nos sorprenda después el Presidente de la República con un veto, como lo hizo una vez Horacio Cartes.

–¿Qué impuestos pondría usted en vigencia de inmediato?

–El impuesto Covid del 1% sobre las fortunas de más de 10 millones de dólares. En Uruguay los sojeros y ganaderos tributaron 100 millones de dólares de manera voluntaria para los gastos de la pandemia. Yo pondría en vigencia, de inmediato, el impuesto del 5% por lo menos a la exportació­n de soja; el impuesto a las bebidas azucaradas, al alcohol, al tabaco...

–¿Cuánto?

–Que suba al 30%, hoy tributa 24% pero paga 18. Por otra parte, los grandes latifundio­s no pagan absolutame­nte nada; que el impuesto a la renta personal refleje realmente los ingresos de la gente. Recordará que hubo senadores que ni siquiera pagaban impuesto a la renta personal. Fueron investigad­os por sus grandes fortunas. En este país hay un descontrol sobre las grandes riquezas. Eso tiene que ser revisado por procesos de transparen­cia y por procesos de reforma fiscal para que el que pague más sea porque gana más.

–¿Usted avizora algún cambio para el 2021?

–No creo que este Gobierno deje de construir rutas en el desierto y que pague la deuda y servicios de la deuda sin cambiar su estrategia y sus políticas sociales.

Es probable que nos queden otros tres años perdidos y cifremos el futuro en el próximo gobierno a venir. Gobiernos como este solo favorecen la desigualda­d y la pobreza lastimosam­ente.

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Esperanza Martínez, senadora del Frente Guasu.

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