Rumbo al precipicio.
Este año Paraguay cerrará sus cuentas con un saldo rojo del 7,2% del PIB, equivalentes a 2.250 millones de dólares, casi cuatro veces por encima del tope establecido en la ley de responsabilidad fiscal (1,5% del PIB). La deuda pública ascendía a 11.015 millones de dólares antes de los últimos empréstitos aprobados y terminará 2020 con un ratio del 33,1% del PIB, contra 22,7% de 2019, superando ya largamente la temida barrera del 30%. Para colmo, el flamante ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, no solo ratificó el plan de mantener el alto déficit, sino que insinuó que se podría llevar el endeudamiento a un rango de entre 40% y 50%. Si la sociedad paraguaya no reacciona, terminaremos como Argentina, que siendo un rico país, ha caído una y otra vez en el descalabro económico, y actualmente vuelve a enfrentar una situación desesperante, por una única y exclusiva causa: por gastar más de lo que puede. Paraguay está haciendo exactamente lo mismo.