Sospechan que nativos podrían estar vinculados con secuestro de brasileño
El secuestro del brasileño Teodoro Antúnez (50), registrado el lunes último y por cuyo rescate se pagó unos G. 100.000.000 se desarrolló en una zona de comunidades indígenas, ubicadas entre los departamentos de Amambay y Canindeyú, donde el EPP ordenó repartir víveres.
De acuerdo con los responsables de los organismos de seguridad, en estas comunidades existen una gran cantidad de persona que comulgan con la ideología que pregonan los miembros de la organización criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Es más, algunos de los adolescentes que ahora integran la llamada columna de brigada indígenas serían provenientes de estos poblados, explicaron.
A raíz de estos elementos es que los uniformados manejan la hipótesis de que los secuestradores de Antúnez eran jóvenes de estas colectividades,
por lo que toda la investigación para identificar y detener a los responsables del millonario plagio se centra en aquella región del país, informaron.
Poco después de las 14:00 del lunes último, tres jóvenes harapientos y munidos con armas de fabricación casera tomaron de rehén a Antúnez, frente mismo al portón de la hacienda López Ykua, donde él se desempeñaba como encargado o capataz.
Los desconocidos aprovecharon el momento en que el empleado bajó de su camioneta para abrir el portón, para tomarlo. Una vez que redujeron
a la víctima, los improvisados secuestradores alzaron nuevamente al capataz en su camioneta y se trasladaron directamente hasta la comunidad indígena Ymiri de la parcialidad Mbya Guarani, ubicada a unos 8 kilómetros de la colonia Ara Vera, distrito de Ypehû, Canindeyú, desde donde iniciaron las negociaciones para la liberación de la víctima.
Precisamente, en esta zona el EPP había ordenado la distribución de víveres tras el secuestro del exvicepresidente Óscar Denis, registrado en la tarde del 9 de setiembre último, en la zona de Bella Vista Norte, Amambay.
Tras varias horas de negociaciones Antúnez fue liberado previo pago del rescate efectuado por los gerentes de la hacienda López
Ykua. La camioneta del capataz fue abandonada en un monte de la región, pero hacia Canindeyú.