Los chupasangre
El próximo 10 de diciembre se cumplirá un año del día en que EE.UU. calificó al ex fiscal general Javier Díaz Verón yal ex senador y titular del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) Óscar González Daher como significativamente corruptos y les prohibió ingresar a ese país. La tajante postura de un gobierno extranjero resplandece ante la impunidad local: el 14 de diciembre se cumplirán tres años del día en que estallaron los primeros audios y parte de la maquinaria… ¡sigue funcionando!
No habíamos dimensionado el tamaño del engranaje mafioso hasta que Carlos Kiese denunció su caso judicial. Un auténtico mecanismo chupasangre criminal que llevó a instancias judiciales ni más ni menos que unas 509 demandas penales por deudas de compatriotas. Y una vez que llegaban a Tribunales, la injusticia los estrujaba, trituraba, los convertía en polvo y devoraba sus casas, fábricas, vehículos, quintas, granjas, canchas, clubes… Lo que fuera.
Cada quien tenía un rol: Ramón González Daher se sentaba cual Papá Noel tropical en su oficina y derramaba billetes con intereses usurarios sobre desesperados clientes mientras era exitosamente invisible a un fisco que suele masacrar contribuyentes por sumas irrisorias. Los más ‘suertudos’ debían devolver las cifras prestadas varias veces multiplicadas; los menos afortunados enfrentaban adulteraciones de fechas y montos, y a los más desafortunados los convocaba a su oficina y los intimidaba con pistola y metralleta, según denunció un exjugador de Luqueño al Cardinal Deportivo.
De la oficina de Ramón se pasaba a la sala de aprietes judiciales. Ramón González Daher llegó a presentar más de medio millar de demandas contra compatriotas: o tenía un negocio MALÍSIMO y todos lo estafaban… o terroríficamente la justicia se convirtió en el principal aliado para consumar despojos. Los audios de Óscar González Daher ratifican cómo hacía firmar disposiciones “porque yo no puedo pues firmar porque es mi hermano” y “para que estas juezas mierdas aprendan”.
Nélida Chávez, escribana y esposa de Óscar González Daher, también formaba parte del mecanismo; hasta ahora la Fiscalía no ha hurgado sus denunciadas actuaciones pese a que su firma está en un montón de ofensivas judiciales alrededor de inmuebles. Mientras discurre el juicio oral, el jueves pasado fuimos testigos de cómo un colega fue a pagar los impuestos de su lote y se encontró con que su propiedad tiene nuevo dueño desde enero de este año; la escribana fue Nélida Chávez. Y es que el síndico de quiebras Blas Velázquez adjudicó unos 140 valiosos lotes de Ciervo Cua (San Bernardino) a Carwa SA, que pertenece a Eduardo Heisecke (socio en Royal Seguros del exministro cartista Juan Carlos López Moreira) y a su esposa, una escribana que también ha hecho trabajos para el clan González Daher. Poco más de G. 482 millones fueron fijados como valor por más de un centenar de lotes; el dinero aún no se habría ni pagado y el síndico general Felipe Huerta no tiene el coraje de responder las consultas. Estremece descubrir que en medio del juicio oral y público del caso audios siguen vomitándonos en la cara que ellos,