Asume nuevo presidente en Bolivia, sin mencionar a Evo
Un año después de la caída del exmandatario Evo Morales –por denuncias de corrupción electoral– su delfín Luis Arce, un economista formado en el Reino Unido y exministro de finanzas, asumió como nuevo presidente de Bolivia con el desafío de cerrar las heridas políticas y superar la crisis económica.
LA PAZ (AFP, EFE). Arce ganó de forma contundente las elecciones del 18 de octubre, que sustituyeron los comicios de 2019, que marcaron la caída de Morales tras 14 años en el poder.
Economista de 57 años, Luis Arce estudió en la estatal Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz, e hizo una maestría en la universidad británica de Warwick. Trabajó 18 años en el Banco Central, donde ocupó diversos cargos, y fue ministro de Economía y Finanzas casi todo el periodo de Evo Morales.
Tiene un perfil más tecnócrata que político. Hizo campaña afirmando que “la economía no es un juego”, una forma de llevar agua a su molino como conocedor de los tejemanejes de la economía boliviana.
Durante la campaña, Arce alzó la bandera de la bonanza económica del gobierno de Morales (2006-2019), de quien fue ministro de Finanzas, época de elevado crecimiento del PIB y activa participación estatal en la economía, así como de reducción de la pobreza.
Sin embargo, el artífice del “milagro” económico boliviano tiene varios retos por delante, entre ellos lograr la reconciliación en un país polarizado desde hace un año, reactivar el aparato productivo y mostrar que él es quien lleva las riendas del país y no su mentor.
n discurso conciliador y sin aludir a su mentor político, el exmandatario Evo Morales.
“Iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todos y todas sin discriminación de ninguna naturaleza. Nuestro gobierno buscará reconstruir nuestra patria en unidad para vivir en paz”, remarcó el flamante mandatario boliviano.
“Gobernaremos con responsabilidad e inclusión afrontando los cambios para que Bolivia vuelva a la senda de la estabilidad en el menor tiempo. Venceremos a la pandemia triunfaremos sobre la crisis porque somos un pueblo luchador”, indicó en el discurso de 30 minutos.
Arce evitó referirse a su padrino político y jefe de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, quien tiene previsto retornar al país hoy desde su exilio en Argentina, al cumplirse un año de su abrupta salida del poder.
Algunos analistas señalaron que el nuevo mandatario debe marcar distancias con Evo, como señal de que impulsaría un nuevo estilo de gobierno.
Morales soporta ante la justicia de su país una serie de denuncias penales.
Había renunciado tras un par de semanas de tensión, tras las denuncias de fraude electoral con el que intentaba mantenerse en el poder.
Añez
Pese al discurso conciliador, se permitió criticar brevemente a la expresidenta transitoria, la derechista Jeanine Añez, a quien responsabilizó de haber promovido la persecución política y provocado la crisis económica tras una deficiente gestión de la pandemia.
“Vamos a recuperar los niveles de crecimiento que el gobierno de facto hizo añicos y lo haremos reduciendo la pobreza y las desigualdades económico y sociales”, remarcó Arce, tras sostener que repondrá el modelo económico implantado durante los 14 años de gobierno de Morales.
Otro enorme desafío del nuevo mandatario es la recuperación de la economía boliviana, muy golpeada por la pandemia del coronavirus.
En junio pasado, a economía mostró una tasa de crecimiento de -11%, un déficit fiscal del 9%, mayores niveles de endeudamiento, disminución de ingresos fiscales y pérdida de reservas.
En este contexto adverso, Arce deberá demostrar su capacidad de volver a hacer milagros, pero le será difícil sin respaldo político más allá del MAS. Para ello debe dar pasos de acercamiento hacia sus adversarios.