Un año sin ir a la escuela, un lastre para futuro de América
REDACCIÓN INTERNACIONAL (EFE). El 97% de los niños, niñas y adolescentes latinoamericanos está a punto de cumplir casi un año sin pisar la escuela, y con las clases virtuales inaccesibles para los más vulnerables, la región corre el riesgo de perder su futuro por décadas, alerta un informe de Unicef conocido ayer.
Con casi ocho meses de pausa prolongada para 137 millones de niños y niñas de Latinoamérica (un tiempo cuatro veces más alto que la media global), la agencia de las Naciones Unidas advierte de una posible “catástrofe generacional”, provocada por la ausencia de clases presenciales por la covid-19.
“Cada día que pasa con las escuelas cerradas se va dando forma a una catástrofe generacional, que tendrá profundas consecuencias para la sociedad en su conjunto”, reitera el reporte.
Uno de los efectos “profundos” de la crisis es que se calcula que unos 3 millones de niños, niñas y adolescentes podrían no regresar nunca a la escuela.
En la región, solo la mitad de los alumnos de las escuelas públicas tiene acceso a clases a distancia de calidad, mientras que en las escuelas privadas esa cifra sube al 75%, estima Unicef.
Tener internet es “un privilegio en América Latina”, advierte Ruth Custode, especialista de la Oficina Regional de Unicef para América Latina y el Caribe.
Además, no se trata solo de internet, sino también de tener un ordenador con el que acceder a las clases. Solo “el 18% de los niños de grupos con los ingresos más bajos” tienen acceso a algún dispositivo informático.
Unicef advierte de que el porcentaje de niños, niñas y adolescentes que no recibe educación alguna, ni presencial ni remota, se ha disparado del 4% al 18% en los últimos meses.
La ausencia de este año causará efectos a largo plazo “gravísimos”. “Si no hay realmente procesos de nivelación adecuados, esos niños van a tener un vacío durante toda su vida”, enfatiza. Y esa pérdida terminará reflejándose en unos “peores salarios”, como ya advirtió el Banco Mundial.
Según el organismo, cada niño en educación primaria y secundaria en América Latina y el Caribe podría perder de su sueldo entre 242 y 835 dólares cada año.