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recibimos ayuda. Hay días que no podemos servir el alimento, los vecinos llegan con sus platos y nos duele decirles que no cocinamos por falta de insumos. Gracias a Dios conocimos a personas de buen corazón que últimamente nos acercan leche, galletas, verduras, carnes, etc con eso podemos entregar almuerzos y meriendas diarias” Apuntó Helem, quien sigue clamando por ayuda para mantener la olla que da de comer a muchas personas humildes.