Más atentados en el norte de Siria
BEIRUT (EFE, AFP). Al menos 12 personas murieron y decenas más resultaron heridas ayer por la explosión de dos coches bomba en dos puntos de la provincia noroccidental siria de Alepo, uno de ellos contra un puesto de control de una milicia proturca y otro en una zona controlada por Ankara y sus mercenarios.
La Defensa Civil, conocida como los Cascos Blancos, informó en su cuenta de Twitter de que “12 personas murieron y 29 resultaron heridas en dos detonaciones sucesivas de sendos vehículos bomba en las zonas rurales de Alepo”, menos de 24 horas después de que una acción similar, el sábado, provocara 8 decesos en Afrín, también bajo control turco.
Uno de los ataques ocurrió cuando un vehículo cargado de explosivos detonó a primera hora de la tarde en las inmediaciones del centro cultural de Azaz, a pocos kilómetros de la frontera con Turquía, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ONG con sede en el Reino Unido.
La organización, con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, contabilizó como consecuencia de la deflagración el fallecimiento de seis personas, entre ellas una niña, y alrededor de una treintena de heridos, de los que varios se encuentran en estado “crítico”.
El segundo ataque, también perpetrado con coche bomba, se produjo alrededor de la misma hora cerca de la localidad de Bazzaa contra un puesto de control de la facción División Al Hamza, afiliada al grupo rebelde proturco Ejército Nacional Sirio, causando cinco muertos y siete heridos en sus filas.
Con ellos se eleva a tres el número de ataques de envergadura ocurridos el fin de semana contra objetivos turcos o proturcos o las áreas bajo su control, después de que ayer otra explosión causase la muerte de ocho personas en un distrito industrial del centro de la ciudad de Afrín, en la misma región.
Las tropas turcas tienen presencia en una franja fronteriza, en el norte de Siria, y también controlan el cantón kurdo de Afrín, situado en la misma región.
Iniciada en 2011, la guerra en Siria se ha complicado con la participación de potencias extranjeras y de grupos yihadistas.
El conflicto ha causado más de 387.000 muertos y ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares.