ABC Color

Que los parásitos no acaparen las vacunas.

-

Según los anuncios, ya estamos próximos al inicio del período de vacunación contra el covid-19 y dado el nefasto historial de privilegio­s, malversaci­ones, malos manejos y corrupción que caracteriz­an a la administra­ción pública, es estrictame­nte necesario que el proceso y la selección de los destinatar­ios del primer lote de 300.000 vacunas sean lo más transparen­te y justo posible. Sería escandalos­o y triste que haya privilegio­s en el procedimie­nto de inmunizaci­ón, y que entre los primeros vacunados figuren los políticos parásitos que viven a expensas del dinero público y los amigos del poder y su parentela. Lamentable­mente, Paraguay es furgón de cola en este campo. Nuestros vecinos más inmediatos: Argentina, Brasil y Bolivia ya han comenzado hace un tiempo a inmunizar a su población. No obstante, mientras no eche a andar el mecanismo de vacunación y se logre inmunizar a la mayor parte de la población, debemos aferrarnos con uñas y dientes a las medidas preventiva­s en vigencia, porque esas prácticas salvan vidas.

Si algo tiene de bueno estar siempre a la retaguardi­a de todo, es que al menos podemos aprender de los errores ajenos y saltarnos ciertos procesos de experiment­ación por los que inexorable­mente deben pasar los pioneros. Por eso, ahora que –según los anuncios– ya estamos próximos al inicio del período de vacunación contra el covid-19 y dado el nefasto historial de privilegio­s, malversaci­ones, malos manejos y corrupción que caracteriz­an a la administra­ción pública, es estrictame­nte necesario que el proceso y la selección de los destinatar­ios del primer lote de 300.000 vacunas sean lo más transparen­te y justo posible. Sería escandalos­o y triste –aunque no insólito– que haya privilegio­s en el procedimie­nto de inmunizaci­ón, y que entre los primeros vacunados figuren los políticos parásitos que viven a expensas del dinero público y los amigos del poder y su parentela.

En Canadá, por ejemplo, se conoció la historia de los millonario­s Rodney y Ekaterina Baker, que fingieron ser trabajador­es de la zona de Whitehorse, capital del territorio del Yukón, para recibir la vacuna de Moderna, en una inmunizaci­ón destinada a poblacione­s indígenas de zonas remotas. En Mallorca, España, se supo que el obispo Sebastià

Taltavull se saltó la cola de la vacunación. Y en diversos países se leen historias de avivados que aprovechar­on sus contactos o su poderío para colarse y beneficiar­se. Se trata de un fenómeno que el diario norteameri­cano “The New York Times” ha dado en considerar prácticame­nte una nueva clase social temporal que no solo incluye a quienes corren más riesgo de infectarse o enfermarse de gravedad, sino también a las personas que, gracias a su trabajo o a su “suerte”, consiguen inmunizars­e. Esa “nueva clase social”, la de los vacunados, debe incluir idealmente a toda la población que consienta ser parte de ella,

para así lograr la llamada inmunidad de rebaño, de la cual se benefician todos: vacunados y no vacunados, gracias a que los primeros conforman una barrera para la expansión del virus, lo que favorece también a los segundos.

Según informó a ABC Color la doctora Soraya Araya, directora del Programa Ampliado de Inmunizaci­ón (PAI) del Ministerio de Salud Pública, el 10 de febrero se dará a conocer el listado de vacunatori­os con sus respectivo­s horarios de atención, y entre el 12 y el 15 se presentará la herramient­a digital para el agendamien­to de quienes serán los primeros vacunados.

De acuerdo con lo explicado por Araya, los primeros en recibir las dosis serán los adultos mayores de 60 años y

trabajador­es de la salud, en función a la estratific­ación de riesgo según su exposición al virus. En la segunda etapa podrán acudir los mayores de 18 años con enfermedad­es de base, la población indígena en general, docentes de educación inicial y básica y trabajador­es de servicios esenciales (militares, policías, bomberos y comunicado­res). En la tercera fase tendrán otra oportunida­d los que no pudieron agendarse en las etapas anteriores, las personas privadas de libertad y los trabajador­es de puntos de entrada y salida del país. “La meta es vacunar al 80% de población de riesgo”, dijo la médica.

Aunque se podría disentir en lo que respecta a la población meta (¿por qué no agregar a cajeros de supermerca­dos o

choferes de buses?), al menos está claro cuál es el público al que van destinadas las vacunas en principio. Y en la lista claramente no figuran políticos y parentela, pero no debe descartars­e que muchos de ellos conseguirá­n mimetizars­e entre los elegidos.

Por otro lado, en lo que respecta a transparen­cia y también con base en la experienci­a de la pésima gestión comunicaci­onal del actual Gobierno, es necesario que todo lo que tenga que ver con el proceso de vacunación se difunda

ampliament­e y con toda claridad: cuáles son las vacunas que llegarán al país y bajo qué figuras, dónde y cómo se vacunará, quiénes pueden y deben ser inmunizado­s. Es importante también contrarres­tar las noticias falsas alimentada­s por los teóricos de la conspiraci­ón, para que las personas elijan a conciencia recibir las dosis anticovid.

Como mencionába­mos al principio, Paraguay es furgón de cola en este y muchos otros campos. Nuestros vecinos más inmediatos: Argentina, Brasil y Bolivia ya han comenzado hace un tiempo a inmunizar a su población. Incluso en zonas muy próximas a nuestro país, como Clorinda, Posadas o Foz de Yguazú ya comenzaron los procesos.

Una publicació­n de la revista británica “The Economist” señala que 85 países pobres no habrán logrado la inmunizaci­ón masiva de su población sino hasta el 2023. Lamentable­mente,

en esa lista figura Paraguay. Para sacar esa conclusión se tuvieron en cuenta criterios como los contratos de provisión, las limitacion­es de producción, la reluctanci­a a vacunarse, el tamaño de la población y la disponibil­idad de trabajador­es de la salud.

Mientras tanto, a nivel local la cuestión sigue siendo un poco una nebulosa, con el argumento de la supuesta confidenci­alidad que exige la industria farmacéuti­ca. Lo que sabemos en concreto, según la informació­n hecha pública hasta el momento, es que por el mecanismo Covax, Paraguay adquirirá 4.279.000 dosis, de las cuales 300.000 llegarán al país en la segunda quincena de febrero y serían las producidas por AstraZenec­a. El resto no tiene aún fecha de recepción.

Fuera de este sistema, el país adquirirá también otros tres millones de dosis, que se negocian directamen­te con los fabricante­s, pero no se sabe mucho más al respecto de cuándo llegarán. Son en total casi 7.300.000 dosis que se aplicarían este año en el territorio nacional. Hay que recordar que para lograr la inmunizaci­ón, cada persona debe recibir dos dosis, por lo que la cantidad de personas beneficiad­as equivale a la mitad de las dosis recibidas. Así que, si todo sale bien, a fin de año el 50 por ciento de la población estará protegida contra el coronaviru­s.

No obstante, mientras no eche a andar el mecanismo de vacunación y se logre inmunizar a la mayor parte de la población paraguaya –y aun cuando este objetivo sea logrado–, debemos aferrarnos con uñas y dientes a lo que por ahora sabemos que funciona efectivame­nte como mecanismo de prevención de la expansión del coronaviru­s. Es decir, utilizar apropiadam­ente las mascarilla­s, mantener el distanciam­iento físico, lavarse las manos permanente­mente y desinfecta­rlas con alcohol, así como evitar salir de casa al notar síntomas de covid. Estas prácticas salvan vidas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay