Rituales de Viernes Santo en modo covid
El arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, mencionó ayer que los actuales crucificados de nuestra sociedad son los enfermos sin medicamentos y los que perdieron su trabajo a consecuencia de la pandemia. Recordó que en la cruz se encuentra la clav
Por segundo año consecutivo los católicos de todo el país cumplieron los rituales de la Semana Santa –Jueves y Viernes Santos– sin la multitud acostumbrada. Pocos fieles acudieron a los templos, aunque munidos de tapabocas, y la mayoría de los oficios se celebraron al aire libre. En la fotografía, un momento del vía crucis que se realizó en torno a la iglesia de Villa Elisa.
Los católicos conmemoraron ayer la pasión y muerte de Jesús en la ceremonia del Viernes Santo, en la Catedral Metropolitana.
La liturgia estuvo a cargo de Mons. Edmundo Valenzuela, quien en su homilía recordó los últimos momento que vivió Cristo en la tierra. Al mismo tiempo, relacionó sus sufrimientos a los de las víctimas de la pandemia. “Ahora asistimos a una guerra de salud y economía, con todas sus consecuencias, hambre, pobreza, pérdida de trabajo, enfermedades y muerte”, dijo.
Habló de la existencia de una muerte social y de una muerte espiritual.
Seguidamente se refirió a los padecimientos de Jesús en la cruz y los relacionó con los crucificados de nuestra sociedad y pidió no ser indiferentes. “Pensemos en los crucificados de nuestro país, en los enfermos en su desesperación por falta de medicamentos y auxilios indispensables; los crucificados que perdieron sus trabajos y en los trabajadores informales”.
También dijo que son crucificados las madres a quienes mataron sus hijos en sus vientres y aquellos alcohólicos y drogadictos que deambulan angustiados y mueren lentamente con sus vicios. En tanto, sostuvo que solo en la cruz se encuentra el libro de la sabiduría, es la clave de la vida humana, y recordó que se debe pasar por el sufrimiento para llegar a la gloria de Jesús.
Vía crucis en el este
Ayer, la recordación del vía crucis se realizó en la explanada de la Catedral de Ciudad del Este, según nuestra Redacción Regional.
Su párroco Ernesto Zacarías Báez explicó que estos días difíciles coinciden con la semana que vivió Jesús cuando fue flagelado, maltratado, rechazado, escupido y crucificado hasta la muerte. “Muchos de nuestros familiares y amigos están pasando su semana de mucho dolor y sufrimiento en esta enfermedad. No hay camas, no hay medicamentos, no hay vacunas ni espacio en los hospitales. Todo esto es un caminar llevando la cruz como una vez llevó, sin soltar, hasta la muerte”, indicó.