Cartistas negocian la presidencia del Senado para salvar a Gusinky
Los senadores cartistas salvarían de la expulsión a la legisladora Mirta Gusinky (ANR), pero a cambio piden la presidencia del Senado. Para cerrar el acuerdo necesitan seis votos liberales o de opositores. La recompensa para este sector será un cupo en la Corte en sustitución de Gladys Bareiro de Módica, quien se jubila en octubre.
Pese a la gravedad de la vacunación irregular a la senadora Gusinky, los colorados aprovecharon la situación para realizar intensas negociaciones, que incluyen “el perdón” a la legisladora samanieguista, la presidencia del Senado y un cupo en la Corte Suprema de Justicia, entre otros cargos.
Los abdistas junto con Lilian Samaniego (ANR, excartista y ahora oficialista) quieren salvar a Gusinky pero no tienen los votos necesarios. Recurrieron a los cartistas, quienes están dispuestos a aceptar el pedido a cambio de que les concedan la titularidad de Senado, cargo clave que está en la línea de sucesión presidencial.
Como se sabe, cada 1 de julio asume por un año una nueva mesa directiva en ambas
cámaras. Los cartistas tienen la hegemonía en Diputados con Pedro Alliana y ahora aspiran al Senado, cámara que no cuenta con mayoría colorada. En total, abdistas, cartistas, samanieguistas e independientes suman 17 de 45 bancas.
Para que el acuerdo se cierre, los colorados unidos necesitan de al menos seis votos liberales y/o de otros opositores. El “premio” consiste en un cupo en la Corte Suprema de Justicia en lugar de Gladys Bareiro de Módica, quien se jubila en octubre de este año.
Se habla también de otros cargos como la Contraloría y las comisiones importantes dentro del Senado como Hacienda y Presupuesto, Asuntos Constitucionales, Obras Públicas, etc. Pacto de no agresión
En el Senado hay un pacto verbal de no agresión entre la mayoría de los senadores, lo que permitió que se frenaran las destituciones. En este periodo 2018-2023 fueron expulsados: el cartista Víctor Bogado (condenado), los liberales Dionisio Amarilla y María Eugenia Bajac; y Paraguayo Cubas. En cambio, Óscar González Daher (ANR, cartista) y Jorge Oviedo Matto (Unace) se vieron obligados a renunciar ante la inminente destitución, gracias a la fuerte presión ciudadana.
Con el caso de Gusinky se pondrá a prueba si el pacto de no agresión sigue vigente, pese a que el caso es muy grave porque la senadora fue vacunada sin estar en la franja de edad (cumplió 73 años en febrero y la vacunación rige para los de 75 años en adelante). Pero no solo eso, sino que el propio ministro de Salud Pública Julio Borba confirmó que fue registrada por el Ministerio como “personal de blanco y encamado” para recibir la vacuna anticovid en forma privilegiada en su domicilio.
Cuando el viernes se conoció la noticia, Gusinky negó categóricamente que haya recibido la vacuna contra el covid-19 y dijo que estaba gestionando un viaje a EE.UU. pero que su visa estaba vencida. Piden expulsión
La senadora Desirée Masi (PDP) ratificó ayer que pedirá la expulsión de su colega. “Sanción ejemplar a quienes ocupan cargos públicos y algún tipo de sanción a quien recibe de forma irregular o compra. Sea o no funcionario público”. El senador Salyn Buzarquis (PLRA) cree “que lo más fácil es que renuncie” mientras que el compañero de bancada de este, Amado Florentín, manifestó: “Si fuese yo, renunciaría”.
Para expulsar a un legislador se requiere del voto de la mitad más uno de los presentes.