Tiempos de elección y reacción ciudadana
En las elecciones del próximo domingo correrá mucho dinero, como siempre, particularmente en la ANR y el PLRA. Solo que ahora, con la pandemia, las carencias, la falta de vacunas, los contagios masivos y la muertes será más inmoral que nunca. El presidente de seccional colorada Ramón “Monchi” Fretes, oficialista y funcionario de la entidad binacional Yacyretá, decía en un audio filtrado esta semana que necesitarán US$ 1 millón para comprar unos 70.000 votos en la zona ribereña y que el presidente de Essap Natalicio Chase ya juntó G. 4.000 millones para el día “D”. Las explicaciones que dio, reconociendo que era su voz, sonaron pueriles y no hicieron más que confirmar que dijo lo que dijo. Del sector cartista reaccionaron escandalizados por esta filtración, como si esas prácticas les fueran ajenas y deleznables. Pero fue Horacio Cartes, en julio de 2015, quien se vanaglorió de haber financiado de su peculio el triunfo de Pedro Alliana en la interna colorada. Según dijo entonces el senador colorado Calé Galaverna, el mandatario gastó la módica suma de US$ 18 millones. En esa misma época, en un audio también filtrado, se escuchaba una voz aguardentosa, muy parecida a la del entonces presidente Cartes, prometiendo a la exdiputada colorada Perla de Vázquez poner a su disposición la estructura de varias instituciones públicas para hacer campaña electoral. Pretender justificar en este momento que se gastarán millones en las elecciones municipales suena como una desfachatez. Ningún candidato pensó en donar, como homenaje a la ciudadanía, respiradores o instrumental para atender las consecuencias del covid o alimentos o abrigos para las personas que están en vigilia en los alrededores de algunos hospitales. Las elecciones que se vienen y el contexto que tenemos pueden motivar reacciones y consecuencias contrarias entre sí. Es posible que alguna gente golpeada, necesitada y desesperada por la crisis tome cualquier promesa, acepte dádivas que le permitan sobrevivir algún día más. Eso puede esperarse por la forma en que vienen destruyendo las instituciones los políticos que tuvieron poder en estos últimos años, por la desesperanza y el pesimismo que sembraron. Pero también es muy posible que mucha gente reaccione con rabia y con dignidad, castigando a quienes vienen demostrando desinterés, inacción o inutilidad, ahora y desde hace mucho tiempo. Estas elecciones pueden ser la tumba política para algunos políticos, en particular colorados y liberales que resolverán otras disputas, más allá de los cargos municipales. En la ANR, la eventual derrota de la mayoría de los candidatos del cartismo o del abdismo puede marcar el ocaso definitivo de uno de los dos personajes políticos. En el PLRA, en la disputa por la presidencia partidaria, una diferencia marcada de votos a favor de uno de los candidatos con más posibilidades, Salyn Buzarquis o Alegre, puede ser definitoria. Una diferencia exigua dejaría el campo abierto y complicado para las elecciones de 2023. Pero si para algunos políticos parece no haber pasado nada en el país en estos últimos meses, las elecciones reflejarán, con mayor o menor contundencia, qué enseñanzas, qué huellas y qué respuesta tiene la mayoría de la gente a las penurias que pasamos.