Justifican remoción de Halley
El presidente del Instituto de Previsión Social (IPS), Vicente Bataglia, justificó ayer en conferencia de prensa la destitución del gerente de Prestaciones Económicas, Pedro Halley, alegando que mintió en sus declaraciones sobre el riesgo que corren los fondos jubilatorios a cargo de la institución.
Bataglia lo acusó de generar temor infundado y negó que se hayan hecho denuncias al respecto al Consejo de la previsional; en tanto que representantes de la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco) remarcaron que el cargo era de “confianza” y que nunca se remitieron informes sobre irregularidades.
Halley había criticado duramente el fallo de la Corte Suprema de Justicia porque intenta cambiar el esquema jubilatorio de reparto solidario que rige por ley desde hace décadas, a un modelo de capital individual.
En ese contexto, alertó que esto podría poner en riesgo la sostenibilidad del fondo jubilatorio para las próximas generaciones y alertó que de quedar firme, sentará un precedente terrible, porque detrás de los 126 accionantes actuales van a venir otros 6.000 cotizantes que perciben remuneraciones por encima de los 10 salarios mínimos, y que no solo afecta al IPS, sino a otras cajas como la ANDE, Itaipú, que podría llevar al default del sistema.
Además, tras su remoción del cargo, recordó que recientemente hubo una reacción bastante dura por parte de algunos empleadores, y que desde la presidencia de la institución le llamaron la atención por observar un fraude con respecto a las compensaciones que paga a los trabajadores suspendidos.
Según Bataglia, las supuestas denuncias de Halley sobre el riesgo que corren los fondos jubilatorios carecen de fundamento y nunca fueron presentadas formalmente ante los miembros del Consejo de Administración.
Enfatizó que la crispación y la conmoción que ocasionó la mediatización de dicha información fueron totalmente innecesarias. “No hay ningún riesgo de quiebra en los fondos jubilatorios”, aseguró.
Comentó que el pedido de destitución de Halley fue unánime por parte de las diversas federaciones de aportantes así como de los jubilados.
También manifestó, notoriamente ofuscado, que para Halley el Consejo de Administración, que le daba la confianza en ese cargo, “en ese momento era un mamotreto”, lo que dejó claro que ya no estaba a gusto.