CIUDAD DEL ESTE Desprecio por la vida
La situación sanitaria en el Alto Paraná sigue siendo crítica, con una gran cantidad de muertos, hospitales colapsados y casos activos en casi todos los distritos, mientras la respuesta de Salud Pública es insuficiente. Los familiares de internados son prácticamente forzados a vivir un calvario y eso se refleja en los pedidos desesperados de una cama en UTI o algún tipo de colaboración para solventar los gastos médicos. El Estado está obligado a dar soporte a estas familias y como apoyo se crearon las leyes “Fondo Nacional UTI” y “Gasto Cero”. Una vez que el paciente se acoge a estos beneficios, debe ser asistido en el sector privado sin requerimiento de pago, que queda a cargo del Ministerio de Salud. Este apoyo ha sido fundamental para salvar vidas; sin embargo, la semana pasada un sanatorio privado de Ciudad del Este anunció que se retira del convenio por falta de pago y varios otros centros médicos también manejan esa posibilidad por el mismo motivo. La deuda por parte del Estado es de casi G. 4.000 millones y los directivos refirieron que ya no están en capacidad financiera de seguir absorbiendo los gastos, que en el área de UTI llegan a los G. 15 millones por día. Esto afecta directamente al ciudadano común, que a causa de sus autoridades inútiles y sin visión tendrá un lugar menos donde socorrer a sus padres, madres, hermanos o hijos. El sentido común nos dice que la prioridad siempre debe ser la salud; sin embargo, el reclamo de los sanatorios solo refleja, en un ejemplo más de los tantos que ha coleccionado el presidente Mario Abdo, el desprecio a la vida. La pandemia ha sido un desafío para todos los gobiernos del mundo, pero en Paraguay se han tomado decisiones desacertadas, sin el más mínimo criterio y con improvisaciones de por medio, todo esto acompañado de la infaltable corrupción que caracteriza a este gobierno. En el listado de cuestiones importantes, la salud figura en el último renglón, por lo que no es en vano que el eslogan “Marito de la gente” se convirtió en “Marito de la muerte”, con vacunas llegando con cuentagotas y sin medicamentos ni camas disponibles. El día que los paraguayos accedan a un servicio de salud digno y de calidad será cuando “Marito” y todos sus secuaces estén muy lejos de la administración pública, antes de eso lastimosamente seguiremos sufriendo.