Inequidades y déficit en cajas jubilatorias
Las cajas de jubilaciones y pensiones tienen más de 70 años operando en el sistema nacional, pero presentan una serie de inequidades que ponen en riesgo la sostenibilidad en el tiempo. De las 8 cajas activas, la mayoría arrastra déficit en su estructura, solo dos tienen superávit -por ahora- y algunas no aportan información, según el MTESS.
En el país operan en total ocho cajas de jubilaciones y pensiones, además de tres mutuales privadas, cada una bajo regímenes muy diferentes (ver infografía), según datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS). Además, seis de las ocho Cajas arrastran déficit; o sea, los trabajadores activos que están aportando son los que están financiando a los jubilados.
Entre las Cajas deficitarias están la Caja de Jubilados de Itaipú (Cajubi) con un saldo rojo de más de US$ 800 millones, la Caja Fiscal (US$ 600 millones en seis años), la Caja de la ANDE (alrededor de US$ 250 millones al 2019), de las que presentan informes regularmente ante la cartera de Trabajo. También arrastraban un déficit importante la Caja Parlamentaria y la Municipal, pero estos entes no informan sobre su situación actuarial, desde hace 7 años, expresó Mónica Recalde, directora de Seguridad Social del MTESS.
En cuanto a las cajas superavitarias, están el IPS con el 73% de participación de la masa activa de aportantes del sistema a nivel país, alrededor de 700.000 activos, y la Caja Bancaria con casi 10.000 aportantes activos y que viene recuperándose de una quiebra de hace algunos años. No obstante, Recalde mencionó que el superávit presentando por estos entes no será así en el tiempo, ya que los cálculos muestran que se producirá un descalce dentro de 20 años aproximadamente.
La directora informó que ante la falta de un ente supervisor o regulador de los fondos de jubilaciones y pensiones en nuestro país, el Ministerio de Trabajo ha impulsado desde 2015 un monitoreo y asesoramiento a las Cajas para ayudarles en la consolidación, pero que lastimosamente no todas colaboran. Añadió igualmente que la falta de datos precisos, sumada a un régimen muy desigual, genera preocupación sobre la sostenibilidad del sistema de pensión.
Indicó que trabajadores con un mismo esfuerzo contributivo interactúan dentro de un esquema solidario con beneficios diferentes, bases de cálculo de las pensiones dispares y criterios de edad y años de aporte (ver cuadro) que atentan contra el futuro de las pensiones en un mediano plazo.
Por dar un ejemplo, para la jubilación ordinaria en IPS, el trabajador debe completar 60 años de edad y 25 años de aporte como mínimo. Por su parte, la Caja Fiscal, que es la más desigual de todas, tiene tres subdivisiones, donde los policías y militares no tienen un mínimo, los maestros tampoco tienen un mínimo de edad para jubilarse, solo requieren 25 años de aporte. En la Caja Municipal, la edad mínima para jubilarse es de 55 años y requieren solo 15 años de aporte, al igual que en el Fondo Parlamentario, mientras que en Itaipú se jubilan con 60 años y solo 10 años de aportes.
La directora del MTESS añadió que el sistema previsional del país requiere reformas profundas que permitan establecer criterios más uniformes y equitativos en los años de contribución, aportes, etc., “igualando la cancha” para todos, estableciendo un sistema de control y transparencia que permita al ciudadano estar confiado que podrá acceder a su jubilación en un futuro. El sistema previsional paraguayo cuenta con cerca de un millón de cotizantes activos, y alrededor de 158.000 jubilados, y demás beneficiarios (cónyuges, hijos) que abarcan apenas 23% de cobertura de la población.