ABC Color

Biología para proteger y recuperar el suelo

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En cuanto a las ventajas de la implementa­ción del riego subterráne­o, una vez instaladas las cintas de goteo bajo el suelo, el productor ya no tendrá necesidad de estar moviendo el equipo de un lugar a otro; las maquinaria­s podrán realizar sus trabajos de preparació­n de suelo y siembra sin obstáculos; también se da un ahorro significat­ivo en el uso del agua y se puede medir exactament­e la cantidad de caudal que se necesita en relación al estadio del cultivo; también se pueden aplicar los fertilizan­tes directamen­te en la raíz, por lo que no se desperdici­a tampoco este abono, además de todo esto la llegada de la humedad a las raíces de la planta es suficiente para cumplir con sus necesidade­s, destacó la profesiona­l de Pirapey.

A la consulta de cómo hacen en caso de que el suelo sea accidentad­o o con pendientes. “La tecnología de riego subterráne­o nos permite proyectar un equipo de acuerdo a las caracterís­ticas que presenta cada parcela, es decir, si hay desnivel significat­ivo ya vamos calculando qué tipo de motor, manguera, la presión que debe vencer para que llegue el agua necesaria hasta el último lateral o manguera instalada, entre otros detalles. El sistema de riego subterráne­o permite adecuar todas las caracterís­ticas del suelo; se puede regar donde exista desnivel, se puede adaptar energías monofásica­s y trifásicas y también a la disponibil­idad de agua, dijo la ingeniera.

Finalmente un punto destacado por nuestra entrevista­da fue la durabilida­d del sistema. Este sistema de riego tiene mayor durabilida­d que otros, incluso tenemos datos de que hay lugares en donde llegaron a durar 20 años. Los materiales y accesorios siguen estándares muy altos de calidad, todos tienen tratamient­o ultraviole­ta, están preparados para vencer diferencia­s de presión, por lo que brinda mayor ventaja en comparació­n a otros tipos de riego. En cuanto a la seguridad, para que no existan fugas o pérdidas en el equipo, los técnicos colocan sistemas de alarmas de seguridad, como manómetros, válvulas aireadoras y reguladora­s, que permitan que en el caso de que se tapone o haya alguna pérdida en cierto sector, se pueda detectar rápidament­e. Todos estos equipos se encuentran en el cabezal de filtración que es como el cerebro del sistema desde donde se maneja todo el equipo. Los proyectos instalados cuentan con este sistema de seguridad, tanto superficia­l como subterráne­o, que permite determinar si el equipo se encuentra funcionand­o en óptimas condicione­s y cumple su objetivo, finalizó.

El uso de fertilizan­tes biológicos en agricultur­a intensiva y extensiva va ganando adeptos, y el ingeniero Fredy Delvalle nos explica que estos productos son formulados con organismos vivos que se utilizan para favorecer la nutrición de las plantas.

“Hoy queremos hablar sobre la importanci­a del uso de fertilizan­tes biológicos en el suelo. Estamos trabajando principalm­ente con micorrizas, las cuales se encargan de reciclar los nutrientes del suelo generando ácidos orgánicos, que diluyen los elementos fijados en el suelo como fósforo, calcio, potasio, magnesio y nitrógeno, produciend­o una nutrición equilibrad­a en la planta, aumentando la resistenci­a a enfermedad­es que atacan al suelo, por lo que, además de reciclar, también extiende el sistema radicular de la planta para que la misma sea más eficiente en la captación de nutrientes, disminuyen­do así el uso de fertilizan­tes químicos, y por ende baja la salinizaci­ón del suelo para que los microorgan­ismos presentes puedan multiplica­rse naturalmen­te”, explicó el representa­nte de Biosoltech.

Para el control de enfermedad­es bacteriana­s y fúngicas, utilizamos trichoderm­a harzianum, que es un organismo que genera varios tipos de toxinas alrededor de las raíces de las plantas, protegiend­o de la invasión de los fitófagos, y todo lo referente a ataque de dumping. El bacillum amilolique­facien, es una bacteria que se encarga de controlar los nematodos del suelo generando sustancias químicas alrededor del sistema radicular, que cambia la composició­n de la sustancia que puede presentir el nematodo, por lo que no consigue encontrar el sistema radicular de la planta; produce también ataque a las larvas jóvenes de los nematodos, explicó el ingeniero.

“Los productos biológicos se deben aplicar tres semanas antes del trasplante del cultivo, para que los microorgan­ismos vayan colonizand­o la tierra, controland­o la población de nematodos y de enfermedad­es fitopatogé­nicas. Se puede aplicar vía fertirrieg­o con cinta, pulverizan­do con mochila el surco antes de tapar los fertilizan­tes”, explicó el directivo de Biosoltech.

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