Expresidenta boliviana condena la persecución política del gobierno
La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez, que asumió luego de que Evo Morales renunciara, tras comprobarse un fraude con el que intentaba mantenerse en el poder, publicó ayer una carta dirigida al presidente de Bolivia, Luis Arce, en la que denuncia la persecución política que se vive en ese país.
“Proclamo mi inocencia y reclamo mi derecho a la defensa en libertad al debido proceso y a la atención de mi salud como cualquier persona”, señala Áñez en un manuscrito fechado el pasado 13 de octubre, informa la agencia EFE.
En esa fecha, Áñez cumplió siete meses de reclusión en una cárcel de La Paz, acusada por “terrorismo”.
Áñez invoca a Arce “a la reflexión” y la “reconducción de las acciones legítimas y legales” ante las “abusivas y tortuosas” acciones en su contra.
Totalitarismo
La expresidenta interina denunció ser una “rea” de la “injusticia”, “odio”, “persecución política” y de una ideología “que suplanta los preceptos de legalidad con la condena anticipada característica de los regímenes totalitarios”, refiriéndose al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), agrupación filocomunista.
El comunismo es una ideología totalitaria que sostiene que todo el poder debe estar en manos del Partido Comunista.
Esa ideología gobierna en Cuba desde hace más de 60 años, la dictadura más antigua y sangrienta de América.
El MAS es aliado político de esa dictadura, así como de los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, también filocomunistas.
Abusos del Gobierno
La exmandataria interina expresó que funcionarios de distintas reparticiones del Gobierno boliviano cometen “abuso de autoridad” a través de repetitivos actos judiciales que calificó contrarios a la Constitución y las normas bolivianas “con el único afán” de humillarla y maltratarla de las formas “más bajas y crueles”.
Áñez recalca que su llegada a la Presidencia del país fue “en apego estricto a lo dispuesto en la Constitución” y citó una declaración del Tribunal Constitucional y una ley nacional, aprobada incluso por la mayoría de legisladores del MAS, de enero de 2020.
Los hechos de 2019
En octubre de 2019 se celebraron elecciones en Bolivia, con el exmandatario Evo Morales presentándose a una nueva reelección, a pesar de que un referendo había negado la reforma constitucional para habilitarlo.
Tras la negativa de la consulta popular, se acudió al Tribunal Constitucional, conformado por partidarios de Morales, que alegó que rechazar su reelección era una “violación a un derecho humano”.
Además, tras los comicios, el conteo de los votos se extendió por varios días, en medio de irregularidades que fueron constatadas por los observadores internacionales.
Se llegó al punto de que la propia Central Obrera Boliviana, poderosa aliada de Morales, le retiró su apoyo, así como las fuerzas de seguridad, y el 10 de noviembre de 2019 Morales renunció a la presidencia, y luego salió a escondidas del país, primero a México, y luego a la Argentina.