Reino Unido sigue defendiendo la soberanía ucraniana
Quienes crecimos con la literatura de grandes autores como el escritor británico George Orwell, nos estremecimos con la sátira de las dictaduras corruptas que el autor pintó vívidamente en obras como Rebelión en la Granja, sin haber soñado jamás con ser testigos de semejante desgracia en la vida real y en estos tiempos modernos.
El bárbaro ataque del dictador ruso Vladimir Putin al pueblo ucraniano, sin que mediara provocación alguna, demuestra un absoluto desprecio a los valores compartidos de seguridad, libertad y soberanía y a la misma vida humana. Las recientes imágenes desde el terreno no hacen más que confirmar esto, mostrando un horror que pensábamos haber dejado atrás como sociedad.
Estos impactantes ataques son parte de una estrategia larga y cínicamente planeada que desnuda los oscuros intereses de un gobernador varado en la ideología de la Unión Soviética, mientras el resto del mundo avanzaba hacia una unidad global.
En el escenario de esta pesadilla orwelliana, el Kremlin sigue mintiendo descaradamente al mundo y engañando a su propia nación, desdeñando las relaciones diplomáticas entre países. Además de atacar cobardemente a la nación ucraniana, el gobierno ruso amenaza peligrosamente los principios del derecho internacional que velan por la seguridad, la libertad y la prosperidad de todas las naciones, y la integridad del mundo entero.
En respuesta a estos horrorosos ataques al pueblo ucraniano, la Secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, presentó el mayor y más severo paquete de sanciones económicas y diplomáticas sin precedentes, que incluyen a Vladimir Putin y a más de 1.200 personas desde la invasión.
En la semana anunciaremos que hemos congelado más de 350.000 millones de dólares de las arcas bélicas de Putin, haciendo que más del 60% de los 604.000 millones de dólares en reservas de divisas extranjeras del régimen no estén disponibles. Estas sanciones comprometen la economía rusa a corto y largo plazo para evitar la financiación de la maquinaria de guerra de Putin, y aislarlo en el escenario global. Putin debe fracasar.
Por otra parte, ante los hallazgos recientes de posibles crímenes de lesa humanidad en Bucha, la Secretaria Truss ha demandado que la OSCE realice una investigación. Junto con otras 40 naciones, estamos liderando la remisión de estas atrocidades para su consideración ante a la Corte Penal Internacional.
Reino Unido está junto a Ucrania en este momento tan difícil, brindando apoyo político, económico y defensivo. Hemos entrenado a 22.000 soldados, suministrado 3.615 misiles antitanque NLAW y entregado más de 5, 29 millones de artículos médicos. Más de 29.000 visas han permitido a ucranianos encontrar refugio en nuestros países. La oferta total de ayuda humanitaria y de emergencia del Reino Unido a Ucrania asciende hoy a unos 400 millones de libras esterlinas, lo que nos convierte en el principal donante humanitario bilateral.
Lejos de afirmar su poder, el Kremlin está convirtiendo a Rusia en un paria global, cuyos mecanismos no tienen lugar en un mundo unido y moderno. Es imperativo aliarnos en una respuesta coordinada globalmente. El Reino Unido y nuestros aliados internacionales condenaron las acciones reprobables del gobierno ruso, que son una violación atroz del derecho internacional y de la Carta de la ONU. Sin embargo, es importante tener claro que estamos condenando al gobierno ruso, y no a Rusia. Rusia es un gran país, con una historia ilustre, y la mayoría de sus habitantes no se ven representados por las acciones del Kremlin.
Aquí en Paraguay, tanto el gobierno como su gente, varios de ellos descendientes de ucranianos que han hecho de este país su hogar, manifestaron su repudio a las acciones del gobierno ruso y exigieron que ponga fin a esta escalada de violencia que ya ha cobrado tantas vidas inocentes. Como democracias con valores afines, debemos continuar unidos y levantar la voz por nuestros principios. Seguiremos apoyando al gobierno ucraniano frente a este golpe a su soberanía e integridad territorial.
El Reino Unido y la comunidad internacional están en contra de esta agresión descarada y a favor de la libertad, la democracia y la soberanía de las naciones de todo el mundo.