Comercio mundial, aliviado por la apertura “gradual” de Shanghái
La ciudad de Shanghái anunció una “reapertura gradual” de los comercios a partir hoy, en un momento de creciente exasperación entre los habitantes de la ciudad china tras muchas semanas de confinamiento.
SHANGHÁI (AFP). China, enfrentada a su peor brote de la epidemia desde la primera ola de 2020, echó a principios de abril el cerrojo en esta metrópolis, principal foco de contagios.
Los confinamientos y la estricta política anticovid de China afecta a las cadenas de suministro en Shanghái y sus alrededores, que alberga el puerto de contenedores más activo del mundo y es una puerta de entrada clave para el comercio exterior.
Algunos de sus 25 millones de habitantes estaban ya confinados en sus domicilios desde antes de esa fecha.
Exasperados por los problemas de abastecimiento de productos frescos, de acceso a cuidados médicos y del envío de personas infectadas a centros de cuarentena, muchos residentes han mostrado su malestar en internet.
Ayer, el vicealcalde de Shanghái, Chen Tong, anunció una reapertura “por etapas” de los comercios a partir del lunes, aunque sin precisar cómo se llevaría a cabo y cuáles serían los condicionantes.
En China, el levantamiento de restricciones está generalmente condicionado a erradicar las infecciones en
la población y a no registrar ningún positivo durante tres días más allá de las personas aisladas en centros de cuarentena.
La epidemia va a la baja: ayer se registraron 1.369 nuevos casos positivos en la ciudad contra más de 25.000 diarios a finales de abril. Más de 1.000 km al norte, capital Pekín vive con la temor a un confinamiento tras la detección de más de mil casos desde finales de abril.
La ciudad ha realizado test masivos a sus habitantes varias veces, ha confinado los edificios con casos positivos y ha cerrado estaciones de metro y comercios no esenciales en algunos barrios.
Para frenar los contagios, el distrito de Fangshan, en el suroeste de Pekín con 1,3 millones de habitantes, suspendió el sábado la circulación de taxis.
Pero a excepción de algunas zonas confinadas, la inmensa mayoría de los 22 millones de pekineses puede todavía salir de casa, aunque numerosos espacios públicos están cerrados y muchos habitantes están obligados a teletrabajar.
El confinamiento en la capital económica china, puerto de entrada y salida de las mercancias, tiene un gran impacto en la economía del gigante asiático. El mes pasado, las exportaciones de China avanzaron a su ritmo más bajo desde hace casi dos años (+3,9%).