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El partido, cambiante y con un enorme desgaste físico por parte de los protagonistas, finalizó 1-1 en su primera etapa, pese a los números positivos para el equipo local en todos los items estadísticos. Es que con oficio, el Decano llegó al gol con facilidad, mientras que los rojinegros les llevó más de media hora y mucha insistencia batir la portería de Olveira.
Una salida larga de Otálvaro fue aprovechada por Derlis para dejar con un movimiento fuera de circulación a Delgado y asistir a Hugo Quintana, autor del tanto franjeado, que causó un efecto anímico multiplicador que estuvo a punto de llegar el segundo con un tiro cruzado de Salazar, que pasó cerca de la portería.
Aún rebasado por su zona, Mateo Gamarra hizo el esfuerzo para abortar los ataques locales, contando con el respaldo de sus compañeros y sobre todo un mayor acercamiento de Torres.
Las cargas aéreas de Colón no tuvieron efecto, pero una terrestre derivó en la paridad, con un pase de Bernardi para la resolución de Lértora con un remate con técnica, colocado. Un resultado algo más acorde a lo que estaba pasando en el campo.
En la fracción complementaria, el Decano solo se limitó a contener. Con el control absoluto del encuentro, el Sabalero buscó por todos los medios llegar al desnivel. Si bien su característica es el juego al ras, la diferencia la marcó por arriba, con un cabezazo de Lértora, al aprovechar un servicio de esquina.
Negra noche franjeada en Santa Fe, pese al arranque esperanzador. Un elenco cansado que ahora debe afrontar el doble clásico, con el segundo mucho más importante que el primero.