MOPC no sabe cómo financiará obras faltantes de las oficinas de Gobierno
El MOPC pretendía gastar US$ 34 millones del saldo del préstamo del fallido metrobús para la puesta en operación y funcionamiento de los edificios de Gobierno que se construyen en el Puerto de Asunción. Pero la reasignación del empréstito no se trató en el Congreso y ahora ya no hay tiempo, informó la cartera. Mientras tanto, las torres que están culminadas son “oficinas fantasmas”.
El 7 de abril de este año, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) remitió una nota al presidente del Senado, Óscar “Cachito” Salomón, en la que pidió la autorización del Congreso para seguir utilizando parte del remanente del préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) del fallido metrobús.
En este sentido, se buscó reasignar unos US$ 34 millones del empréstito de la fracasada obra para el equipamiento y obras complementarias de las oficinas del Gobierno que se construyen en el Puerto de Asunción.
Sin embargo, en el Congreso, la reasignación no se llegó a tratar y, en este momento, “ya no hay tiempo para utilizar el remanente del saldo del fallido metrobús”, según informó el arquitecto Ricardo Riego, responsable del MOPC de las obras de las oficinas de Gobierno. Esto significa que Obras Públicas no cuenta con recursos para equipar las oficinas, por lo que todo indica que las costosas torres de US$ 82 millones seguirán siendo “oficinas fantasmas”.
El arquitecto Riego también señaló que recién en marzo, tras el receso parlamentario, se podría tratar el pedido de reasignación que hicieron, pero aclaró que el 27 de junio del próximo año ya expira el contrato de préstamo del BID. Asimismo, aclaró que la multilateral ya informó que no tiene intenciones de volver a ampliar los plazos del préstamo del fallido metrobús.
“Vemos bastante complicada la situación y un detalle fundamental es que si en marzo salen los fondos (si se aprueba en el Congreso), tenemos que hacer las licitaciones públicas internacionales y los plazos ya no nos alcanzan porque en junio del año que viene expira el contrato del préstamo del BID y ya no nos alcanzan los plazos”, reiteró.
Asimismo, señaló que han hecho una revisión de esta situación en reunión con los representantes del BID, y en esos encuentros concluyeron que “los plazos ya no nos cierran”. “Nosotros ni siquiera podemos aventurarnos a hacer un llamado ad referéndum”, resaltó Riego.
¿Cuáles son las obras que querían costear con la plata del metrobús? Según el MOPC, el remanente del saldo del fallido metrobús se pretendía invertir en ítems necesarios para la puesta en funcionamiento de los edificios. Por ejemplo, se pretendían utilizar US$ 1.100.000 para el acceso por rampa sobre la avenida Stella Maris.
Además, se querían usar US$ 16.000.000 para la provisión, instalación, puesta en marcha y mantenimiento de control inteligente de sistemas de tecnología de la información
y comunicación (TIC). La lista sigue con el equipamiento de los cinco edificios, que contempla adquisiciones e instalación de mobiliarios básicos, donde se requieren otros US$ 4.950.000.
Por otro lado, el MOPC quería utilizar el remanente del préstamo del metrobús en la reparación del muelle del Puerto pues, según la institución, a partir de los hallazgos realizados en relación al estado actual de la estructura, como consecuencia
de la bajante histórica del río Paraguay, se considera prioritario realizarlo en el corto plazo. Para esto, se debe contemplar el estudio, diseño de intervención para la reparación estructural del muelle en el Puerto de Asunción, que requerirá una suma estimada de US$ 2.250.000 para diseño, construcción y fiscalización de dichas obras.
Otros US$ 4.800.000 pretendía gastar el MOPC para la adecuación de los accesos
viales en el entorno de los
edificios y calles internas del Puerto y otros US$ 5.000.000 del saldo de contrato vigente de las oficinas de Gobierno, no se especifica en qué se usarán.
La cartera señaló que, si bien el monto a ser reasignado totalizaba aproximadamente US$ 34.100.000, se trata de precios referenciales que podrían disminuir (o aumentar) de acuerdo a las ofertas que se reciban en los llamados a licitación pero, actualmente, ya no hay tiempo.