Incentivar el “voto crítico” para las elecciones generales
Las elecciones internas de las organizaciones políticas ocurridas el pasado 18 de diciembre obligan a un exhaustivo análisis sobre lo que los afiliados de las mismas quieren y sobre lo que no quieren, sobre lo que aprobaron y sobre lo que rechazaron, sobre lo que premiaron y sobre lo que castigaron. Porque más allá de haber ganadores y perdedores, personas derrotadas y triunfadoras, importa lo que la gente pretende al confiar su voto a tal o cual candidato o fuerza política.
Conviene empezar remarcando lo obvio, porque ciertos sectores pretenden pasarlo por alto, y es que estas elecciones fueron internas de las organizaciones políticas y, por tanto,
El “voto duro” se define como aquel integrado por militantes que son fieles a determinadas causas o determinados líderes, independientemente de las circunstancias que les afecten. Su característica es la lealtad grupal y, aunque siempre mantiene latentes sus posibilidades críticas, esta no se modifica fácilmente.
Pero hay también, en las internas de las organizaciones políticas, lo que podríamos llamar el que tiene especial importancia porque indica la posible tendencia del electorado en las elecciones nacionales. Es de desear que este tipo de votos sea incrementado, juicio que explican la situación:
pero es un proceso particularmente confirmado en la Asociación Nacional Republicana. No hubo otras alternativas para expresar ese descontento, frente a la incapacidad de la campaña de Fuerza Republicana, a la que pertenece Marito, de explicar a los electores la costosa y trágica conexión entre el contrabando de cigarrillos y la pérdida de fuentes de trabajo.
Cabe sumar a lo anterior que la declaración que sobre Cartes realizó la embajada de Estados Unidos, señalándolo como “significativamente corrupto”, sobre lo cual coinciden muchos actores políticos nacionales, como el candidato de la Concertación Nacional, produjo un efecto que no se previó en un principio. En verdad, Honor Colorado capitalizó a su favor este episodio, presentándolo como una intervención de una potencia extranjera en nuestros asuntos internos.
El “voto crítico” se ejerció a lo largo y ancho del país, en todas las organizaciones políticas, usufructuando masivamente la libertad de elegir conquistada con el desbloqueo de listas y el voto preferencial.
Todas las listas de candidatos presentadas por los caciques políticos, sin excepciones de importancia, fueron modificadas por el electorado crítico,
lo cual confirma que la gente usó su derecho de preferencia premiando lo que le gusta y castigando lo que no le agrada.
Mimados de Cartes como por tomar un ejemplo muy notorio, fueron castigados por los propios cartistas, enviándolos a lugares inelegibles de las listas votadas. Pero eso le ocurrió a todos los caciques de todos las organizaciones políticas.
Y otros
casos similares.
Si se pudieran sintetizar, al menos provisionalmente, los resultados del último domingo en términos de mandato electoral, tal vez pueda decirse sin temor que se castigó la no correspondencia entre lo que los candidatos dicen y lo que hacen, lo cual es una señal alentadora y positiva, pues