Asunción, abandonada y sucia, recibió de la peor forma el 2023
Inició el 2023 y el microcentro recibió el año con muchas penas y pocas glorias. Asunción muestra veredas destrozadas, edificios abandonados y lugares públicos a su suerte, bajo la administración del intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez. Los asuncenos pue
El jolgorio y la algarabía de recibir un nuevo año no se tradujeron en el entusiasmo por trabajar de las autoridades de la Municipalidad de Asunción, administrada por el intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez. De esta forma, el microcentro inició un 2023 con más penas que glorias.
Respecto a la ejecución de políticas públicas, lo que parece elemental pasa desapercibido y esto se traduce en tres problemas recurrentes en la capital del Paraguay: 1) veredas destrozadas sin reparar, 2) edificios antiguos abandonados que atentan contra la salubridad y la seguridad de los asuncenos, y 3) espacios públicos de valor ecológico y social tirados a la basura.
Respecto al punto uno, si bien los propietarios o responsables de inmuebles urbanos “están obligados a
construir, reparar, conservar y/o regularizar” las veredas, tal como dicta la ordenanza Nº 217/12, la autoridad municipal es la que debe establecer las sanciones y lograr una solución al problema, para el tránsito seguro de peatones.
Respecto a los edificios antiguos abandonados, el microcentro se caracteriza por la presencia de varios y muchos de ellos considerados, incluso, como patrimonios culturales.
En julio de este año, desde el Departamento de Patrimonio de la Comuna de Asunción, informaron sobre la notificación masiva a los dueños de casonas para mantener en condiciones sus inmuebles.
En este 2023, siguen los edificios abandonados, con espacio propicio para la proliferación de alimañas y vectores como el Aedes aegypti,
transmisor del dengue, además de ser una guarida ideal para malvivientes y drogadictos.
Finalmente, entre los espacios públicos que siguen
“sufriendo”, sin duda, figura el emblemático Parque Caballero, sitio que llegó a tener 20 hectáreas de superficie. El lugar, caracterizado por la cantidad de especies
arbóreas, sigue sucio, abandonado y desordenado, pese a las mentadas obras de “hermoseamiento”. El robo de rejas es una constante desde hace más de un año.