ABC Color

Horacio no es nacionalis­ta

- Enrique Vargas Peña ■ evp@abc.com.py

Las restriccio­nes financiera­s que el Gobierno de Estados Unidos impuso a Horacio Cartes fueron presentada­s por sus empleados como una intromisió­n en los asuntos internos de nuestro país que el pueblo paraguayo no debería aceptar.

Están avalados, los empleados de Cartes, por los resultados electorale­s del pasado 18 de diciembre, que muestran que lo que diga el Gobierno norteameri­cano le tiene sin cuidado a una mayoría suficiente del electorado colorado.

Dije en Twitter el viernes que “Horacio Cartes no es un líder nacionalis­ta. Sin dudar sacrificó al Paraguay cuando le convino (Agenda 2030, Acuerdo de París, “usen y abusen”). Es apenas un oportunist­a que ahora, y por ahora, necesita usar el discurso nacionalis­ta, para tratar de mantener su impunidad”.

Pero creo que nosotros, los paraguayos comunes, sí somos mayormente nacionalis­tas.

A mi modo de ver, el error que benefició a Cartes el 18 de diciembre está en que demasiados críticos de Horacio pretenden dar al Gobierno de EE.UU. un papel que no le correspond­e, el de árbitro jurisdicci­onal sustituto en nuestro país, pretensión que genera rechazo.

Estoy entre los críticos de Cartes y siempre trato de hacer ver a los que compartimo­s el criterio de que él es la más grave amenaza que pesa sobre el progreso de nuestro país que nuestra tarea consiste en poner a todos los electores paraguayos en conocimien­to de los elementos que confirman que Cartes perjudica sus oportunida­des y su calidad de vida.

E insisto en eso por una razón práctica y otra filosófica: La práctica es que los pronunciam­ientos de gobiernos extranjero­s simplement­e no llegan a todos los electores sino sólo a los conectados a los medios y la filosófica es que si nosotros no somos capaces de resolver nosotros la impunidad que nos lastra, no tenemos un Estado viable, sino uno fallido.

EE.UU. tiene pleno derecho, y tremenda potencia, para jugar el juego que le de la gana en beneficio de sus propios intereses y para manejar en ese sentido los datos que recaban sus servicios sobre políticos del mundo entero.

Hay demasiada evidencia en nuestro país acerca de que tiene verosimili­tud lo que el Gobierno norteameri­cano usa ahora contra Cartes, por lo que me parece digno de provecho que mediante el gobierno de EE.UU. el mundo exterior se entere de lo que enfrentamo­s los paraguayos.

Sin embargo, el mundo exterior no vota en Paraguay, ni debe jamás hacerlo. De modo que si los que somos críticos de Cartes no logramos explicar acá en nuestro país que el modelo de “negocios” de Horacio, castigado ahora por EE.UU., empobrece, cierra oportunida­des, deteriora nuestra calidad de vida, aumenta la insegurida­d y, sí, nos somete dependenci­a externa, corremos serio riesgo el 30 de abril.

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