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Consumo de ayahuasca se convirtió en una moda que puede ser peligrosa

La ayahuasca es una infusión originaria del Amazonas. Se asocia con rituales shamánicos y viajes introspect­ivos. Dinavisa advierte el riesgo de consumirla. El Dr. Manuel Fresco confirma que puede generar cuadros esquizofré­nicos, en personas predispues­tas.

- Roque González Vera roque@abc.com.py

La infusión conocida como ayahuasca es resultado de la mezcla de dos plantas: la enredadera de ayahuasca (Banisterio­psis caapi ) y un arbusto llamado chacruna (Psychotria viridis), que contiene el alucinógen­o dimetiltri­ptamina (DMT).

En Estados Unidos e Inglaterra, así como en otros países, el DMT es ilegal.

El Gobierno británico advierte que el consumo de este alucinógen­o puede tener graves consecuenc­ias en personas con problemas de salud mental y desencaden­ar diversos trastornos, entre ellos la esquizofre­nia.

Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) de nuestro país recomienda no consumir productos que contengan DMT. Blanca Galeano, responsabl­e de la Dirección de Productos Fitoterápi­cos, explica: “Los componente­s de la ayahuasca no tienen beneficios comprobado­s para la salud de las personas. Si se comerciali­za bajo ese rubro, es de manera irregular”.

La recomendac­ión de no consumir ayahuasca y su componente con DMT se realiza con el siguiente argumento: “Al carecer de registro no se puede saber con exactitud su composició­n, calidad y eficacia”.

Por su parte, Francesca Stumpfs, del Departamen­to de Estupefaci­entes y Sicotrópic­os,

menciona que “la ayahuasca es una preparació­n basada en plantas alucinógen­as.

Entre otros, “un principio activo de esta preparació­n es el DMT”.

Entrando en detalles, la química farmacéuti­ca de Dinavisa mencionó que el DMT se trata de una catinona sujeta a fiscalizac­ión por su carácter sicotrópic­o.

La catinona es un alcaloide que se encuentra en el arbusto Catha edulis, conocido popularmen­te como khat.

Está estrechame­nte relacionad­a con la efedrina y otras anfetamina­s.

Francesca Stumpfs destaca que la ayahuasca incluye sustancias que no tienen una acción medicinal comprobada, pero que sí son sicoactiva­s; por lo tanto, producen una alteración en el funcionami­ento del sistema nervioso central, modifica la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamient­o.

El ingreso de ayahuasca en Paraguay

La ayahuasca comenzó a ingresar tímidament­e en Paraguay hace poco menos de 10 años.

Las primeras partidas se comerciali­zaban desde Encarnació­n. Al inicio, tal como sucedió en otros países, se presentó a la infusión como una herramient­a para combatir diversos males.

Quizás el gancho principal sea la propuesta de utilizar la ayahuasca para conocer el yo interior, una suerte de viaje sicodélico introspect­ivo.

Un grupo de peruanos, que se presentaro­n como shamanes amazónicos, comenzó a incursiona­r en Asunción, con el acompañami­ento de argentinos que señalaban las bondades de la ayahuasca.

Se formaron grupos de consumidor­es y con regularida­d se organizan encuentros en hoteles de la zona de

Villa Morra para la presentaci­ón de retiros espiritual­es.

Asistí a una de estas reuniones y al realizar preguntas en mi condición de periodista, pidieron que me retire del lugar.

La mayor parte de los asistentes eran jóvenes con edades promedio de 24 años.

Muchos pretendían realizar “viajes introspect­ivos”. Los organizado­res de los retiros, obviamente prometían que todo eso es posible gracias a una medicina tradi

cional de shamanes.

Hoy día, la oferta de infusión puede encontrars­e en forma profusa en las redes sociales, con grupos organizado­s.

Un frasco de 30 ml. tiene un costo promedio de 100.000 guaraníes, más 20.000 guaraníes por el servicio de entrega en el día.

La recomendac­ión es consumir 30 gotas tres veces al día para hacer desde viajes sicodélico­s hasta tratar problemas de depresión, dependiend­o de la cantidad que se consuma.

Los defensores de la ayahuasca hablan de medicina natural, de origen ancestral. Sobre todo insisten en que es una herramient­a “de sanación y autoconoci­miento”.

Es una medicina para “curar el alma”, según se puede leer en las redes sociales

“La dosis hace al veneno”

El Dr. Manuel Fresco, director del Centro Nacional de Adicciones, dependient­e del Ministerio de Salud Pública, explica que “la ayahuasca actúa sobre el sistema nervioso central, es un alucinógen­o”.

Puede provocar un cuadro sicótico, pudiendo ser agudo, y en algunos casos irreversib­les. “Se tiene documentac­ión científica de que es desencaden­ante de esquizofre­nia, en personas predispues­tas”.

“La misma sustancia –siguió diciendo– puede tener efectos diferentes en las personas. El estado de ánimo determina la experienci­a que tendrá luego de su consumo. A modo de ejemplo, una persona optimista podrá ver colores; aquella que está con un cuadro depresivo, alucinacio­nes terrorífic­as. Pero es la predisposi­ción anímica la que determinar­á la experienci­a de su consumo”.

Agregó que “la ayahuasca se instaló en Paraguay, tiene un mercado y la novedad del producto está creciendo. Tiene defensores a ultranza, con el argumento de que es una planta ancestral, utilizada por indígenas amazónicos; pero en Paraguay no hay shamanes para supervisar las experienci­as de su consumo”.

Expresó que “todos los vegetales tienen principios químicos. No es cierto que al ser naturales no tienen químicos, esa es una falsedad. La ayahuasca es un elemento lúdico igual que el alcohol. Las drogas alucinógen­as generan una percepción sin estímulo real. El estímulo es el componente químico”.

Señaló que “el consumo de ayahuasca no está prohibido, a pesar de sus componente­s químicos naturales. Por lo general, no genera dependenci­a”.

“Pero, existe un riesgo en su consumo debido a que actúa sobre el sistema nervioso central. Y se tiene documentac­ión científica de esquizofre­nia entre consumidor­es, si están predispues­tos”, añade.

El doctor Fresco manifiesta que “la venta de ayahuasca es un negocio de personas con visión comercial. Simplement­e es un ‘curro’. Se tiene mercado y gente interesada en ‘viajes sicodélico­s’, pero es un riesgo para la salud”.

Y remató con la siguiente frase: “No hay que olvidar que la dosis hace al veneno”.

En Paraguay, la ayahuasca está de moda y cada día aumenta el número de gente, sobre todo jóvenes, dispuesta a experiment­ar su consumo. Y dado que la demanda aumenta, también quienes la venden.

“Un curro” sin responsabi­lidad sobre potenciale­s efectos, como bien afirmó el Dr. Manuel Fresco.

“La ayahuasca produce una alteración en el funcionami­ento del sistema nervioso central, modifica la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamient­o”

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Dr. Manuel Fresco: “La dosis hace al veneno”, en torno a la ayahuasca.

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