Carencias dificultan diagnóstico precoz
El cáncer en Paraguay se expande mientras la prevención generalmente no existe y, lastimosamente, las personas llegan ya con un diagnóstico bastante tardío, según Juana Moreno, presidenta de la Asociación de Pacientes con Cáncer y Familiares (Apacfa), en el marco del Día Mundial del Cáncer, que se recuerda cada 4 de febrero. El 2023 cerró con 2.482 nuevos casos de tumores malignos.
“Se tarda mucho en darle el diagnóstico al paciente. Una mujer que empieza a tener ciertos síntomas y acude a un lugar a hacerse una mamografía, encuentra un sinfín de barreras; por ejemplo, que el mamógrafo no está funcionando”, expresó.
Según Moreno, esta situación no sucede únicamente en el caso de cáncer de mama, ya que “lo mismo ocurre con los otros tipos de cáncer”.
La presidenta de la Apacfa resaltó que habitualmente hay quejas de los pacientes oncológicos en todo el país, ya que si bien el sistema público dispone de mamógrafos en todas las regiones sanitarias, muchos de esos aparatos no funcionan durante gran parte del año, ocasionando que el tratamiento del paciente se prolongue.
La desigualdad y la falta de educación
Además de la falta de equipos médicos, Moreno mencionó que hay otras limitantes importantes para los pacientes con cáncer.
“Los pacientes tienen que trasladarse a través de largas distancias para que se les pueda brindar atención, servicios. La brecha es cada vez más grande porque el paciente no tiene la medicación en tiempo y forma”, manifestó.
Moreno refirió que lamentablemente el paciente no puede tener una mejor calidad de vida en Paraguay. “En el Instituto Nacional del Cáncer (Incan) se tienen drogas que hace cinco años no tenía. Si bien tenemos que reconocer que han habido adelantos, el cáncer no puede esperar”, dijo.
La presidenta de la Apacfa resaltó también que la falta de medicinas no es solo un problema para Salud Pública, sino también para otros servicios como el Instituto de Previsión Social (IPS).
Semanalmente son muchos los asegurados de esa previsional que recurren al Incan para retirar fármacos, ya que el seguro social no dispone de la medicina.
“Si bien tenemos centros en Villa Hayes, Pedro Juan Caballero, en Concepción, todos ellos dependen del Incan”, indicó Moreno.
La titular de la asociación también mencionó el problema del paciente de cáncer que soporta una carga emocional y psicológica bastante pesada. Su entorno también se ve afectado.