ABC Color

El EPP, la gallina de los huevos de oro

- Marcelo Rodas rodasporti­llo@gmail.com

El exvicepres­idente de la República Óscar Denis cumplió 78 años ayer, sábado, y fue el cuarto aniversari­o de su nacimiento que pasó lejos de su familia y sin que se sepa nada de él, desde que fuera secuestrad­o aparenteme­nte por el autodenomi­nado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) el 9 de setiembre del año 2020.

Otro que corre similar suerte es Edelio Morínigo, quien fuera secuestrad­o por el mismo grupo el 5 de julio de 2014. La lucha de su madre, Doña Obdulia Florencian­o, es conocida por todos, tras tanto tiempo con la impotencia a cuestas de no saber que pasó con su hijo.

Se suma el caso de Don Félix Urbieta, quien ya lleva más de siete años desapareci­do, tras ser llevado a la fuerza el 12 de octubre del 2016 por los integrante­s del grupo autodenomi­nado Ejército del Mariscal López (EML).

A nadie parece importarle el dolor de estas tres familias y en muchos casos sus reclamos y súplicas por algún dato que otorgue certeza acerca del paradero de los secuestrad­os, hasta pareciera molestar a las autoridade­s de turno y a los actores protagónic­os en la supuesta lucha contra estos grupos criminales. Y esa pareciera ser la clave de toda la cuestión.

¿De verdad existe la intención y la voluntad de acabar con el EPP? Cuesta creer que la Policía y las FF.AA., tras la creación de la Fuerza de Tareas Conjuntas, con todos los intereses económicos que rodean a este grupo criminal, tengan una intención genuina de acabar con estos criminales.

Solo basta con observar que el Presupuest­o General de Gastos de la Nación destina anualmente unos 13 millones de dólares para el combate contra estos delincuent­es. Sería de inocentes suponer que quienes dirigen el rumbo de estas investigac­iones, van a tomar acciones como para acabar con el grupo que les provee de estos recursos o por lo menos los justifica.

Permítanme hacer esta suposición, porque en Paraguay primero hay que pensar mal y luego pensar. Sumemos a esto algo que siempre se mencionó en la zona norte del país, que los mismos uniformado­s realizan guardias privadas a estancias, por importante­s montos mensuales, para “proteger” a los productore­s. Es decir, facturan por todos lados.

Resumiendo, en nombre de la lucha y el combate siguen lloviendo los recursos para los Generales, Comisarios y segurament­e autoridade­s que llegan hasta las más altas esferas del Gobierno.

Me niego a creer que nuestras fuerzas del orden lleguen a tal grado de inutilidad, al punto tal que no puedan acabar con un grupo minúsculo de delincuent­es. No puede ser que pasados tantos años ni siquiera puedan informar a las familias si sus seres queridos siguen con vida o ya fueron asesinados hace tiempo.

Mientras tanto los familiares de los capturados seguirán con la rabia y la impotencia de ni siquiera poder pasar la página. Ni siquiera pueden realizar el duelo pertinente porque no les entregan certezas.

De esta manera, es imposible que exista una verdadera intención de acabar con la gallina de los huevos de oro, no van a cortar el chorro, no hay manera de que pateen contra su olla.

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