Pinki y Leona, los héroes caninos del Alto Paraguay
El instinto de perros fieles de Leona y Pinki se activó en defensa de sus amos y fue fundamental para salvar la vida de los dos hombres atacados por un yaguareté en el Alto Paraguay. Los sobrevivientes del terrible ataque coincidieron en afirmar que de no
FUERTE OLIMPO, departamento de Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). Teodoro Cuéllar y Roberto Ramírez fueron atacados por un yaguareté durante un recorrido que hacían en el establecimiento del primero, ubicado a unos 5 kilómetros del casco urbano de la comunidad de Puerto Guaraní de esta ciudad.
Una vez en el lugar y acompañado de su empleado Roberto Ramírez, emprendieron un recorrido a caballo por los alrededores, para verificar el predio y las condiciones del ganado. En un momento dado, divisaron un ternero muerto que yacía en el suelo.
Se acercaron y se apearon de sus respectivos caballos para verificar al becerro muerto, sin percatarse de que entre los arbustos se agazapaba un enorme yaguareté que observaba a su presa.
Añadió que el felino se abalanzó sobre ellos sin darles tiempo siquiera de intentar correr. Ambos cayeron al suelo y allí se produjo una lucha desigual cuerpo a cuerpo contra el yaguareté.
Uno de los hombres portaba un arma de fuego, pero en el fragor de la pelea no pudo sacarla para disparar.
Pinki y Leona
En este dramático momento de lucha contra el felino, que con sus poderosas garras causaba heridas sangrantes a los hombres, aparecieron en escena las dos mascotas: Pinki y Leona, nobles y fieles perros “delmer”, que se enfrentaron al temible animal.
Esta intervención hizo posible que el yaguareté cejara en su ataque y cambiara su objetivo: ahora iba tras los perros. El momento fue aprovechado por uno de los hombres para desenfundar su arma de fuego y dispararle al yaguareté que, aún herido, logró pegar un salto para perderse en la espesura del monte chaqueño, según relataron Cuéllar y Ramírez.
La herida que recibió el yaguareté pudo ser leve, dijo don Teodoro, ya que por la situación en la cual se encontraban no les fue fácil afinar la puntería. Como sea, lograron su objetivo, que era frenar el ataque, ya que el animal se asustó y se retiró.
El dueño de los perros valoró su actuar, ya que les salvó la vida. Cuéllar mencionó que había cuatro perros acompañantes, sin embargo, solo Pinki y Leona fueron suficientemente valientes para enfrentarse al yaguareté.
Las dos personas atacadas recibieron heridas en casi todo el cuerpo producidas por las garras del yaguareté y fueron llevadas al Hospital Regional de Fuerte Olimpo, donde recibieron las atenciones necesarias. Están fuera de peligro.
Pérdida de hábitat
En el Chaco aún hay yaguaretés. Sin embargo, desde hace algunos años su hábitat se ve amenazado por el avance de la actividad ganadera y últimamente también de la agricultura.
Los conocedores del comportamiento de los yaguareté mencionan que no es común que ataquen a los humanos, ya que, por lo general, al notar la presencia de personas y perros, huyen. Solo agreden cuando se ven amenazados.
Estos ataques pueden darse cuando las hembras protegen a sus crías o cuando protegen el alimento, que es lo que se presume pudo haber ocurrido en esta ocasión, ya que el felino se disponía a comer la carne del ternero que yacía en el suelo.
En algunos establecimientos ganaderos del Chaco se busca proteger a los animales silvestres, entre ellos al yaguareté. Sin embargo, la gran mayoría de los ganaderos ponen precio a la cabeza de estos felinos por el daño que les ocasionan cuando matan el ganado.
El control para proteger la vida silvestre es muy precario. Una prueba es la escasa cantidad de guardaparques que trabajan en las reservas boscosas del Alto Paraguay y que ni siquiera tienen los recursos necesarios para llevar a cabo eficientemente su labor.