La muerte, la prisión o el exilio suelen ser los destinos de opositores a Putin
La muerte, la cárcel o el exilio suelen ser destinos reservados a los opositores del presidente ruso, Vladimir Putin, como el principal de ellos, Alexéi Navalni, fallecido este viernes en una cárcel del Ártico por motivos aún desconocidos.
MOSCÚ, Rusia (AFP). Navalni, principal opositor de Putin durante más de una década, a lo largo de su vida fue acosado, envenenado y encarcelado. Finalmente, murió a los 47 años en una colonia penitenciaria del Ártico, donde cumplía una pena de 19 años de prisión por
”.
“extremismo activista contra la corrupción,
Este
exabogado moscovita, había sido víctima en 2020 en Siberia de un grave envenenamiento que atribuía al Kremlin, que siempre lo negó. A su regreso a Rusia en enero de 2021, después de una convalecencia en Alemania, fue detenido y su organización anticorrupción FBK fue cerrada por “extremismo”.
Asesinados
El ex viceprimer ministro Boris Nemtsov se convirtió en uno de los principales detractores de Putin en la década de 2000. Menos de un año después de oponerse a la anexión de Crimea, Nemtsov
fue asesinado en febrero de 2015
con cuatro balas en la espalda en un puente a pocos metros del Kremlin.
Tenía 55 años. Sus partidarios acusan al dirigente checheno Ramzan Kadirov de haber dado la orden, lo que él niega. Cinco chechenos fueron condenados por ese asesinato, sin que se identificara oficialmente al autor.
Diez años antes, en octubre de 2006, Anna Politkóvskaia fue asesinada en el vestíbulo de su edificio en Moscú. Esta periodista de Novaya Gazeta, principal medio de comunicación independiente del país, había documentado y denunciado durante años los crímenes del ejército ruso en Chechenia.
Encarcelados
Otros críticos fueron encarcelados o corren el riesgo de serlo, como Oleg Orlov, figura de la defensa de los derechos humanos y de la emblemática ONG Memorial, cuyo nuevo juicio se abrió el
viernes en Moscú. Se enfrenta a hasta cinco años de prisión por sus denuncias de la ofensiva militar en Ucrania, iniciada en febrero de 2022.
Vladimir Kara Murza,
de 42 años, antiguo opositor, afirma haber sobrevivido a dos envenenamientos. En abril de 2023 fue condenado a 25 años de cárcel en un juicio a puerta cerrada, por difundir “información falsa”
sobre el ejército ruso. Está cumpliendo su condena en Siberia.
Ese mismo mes, Ilia Iachin, de 39 años, fue condenada en apelación a ocho años y medio de cárcel por haber denunciado “el asesinato de civiles” en la ciudad ucraniana de Bucha, cerca de Kiev, donde el ejército ruso fue acusado de atrocidades, lo que Moscú niega.
Acusada de haber “creado una organización extremista”, Ksenia Fadeieva, de 31 años, exdiputada aliada de Navalni, también fue condenada a finales de 2023 a nueve años de prisión. En junio de 2023, Lilia Chanicheva, primera colaboradora de Navalni en ser juzgada por crear una “organización extremista”, fue condenada a siete años y medio de reclusión.
Exiliados
La mayoría de los principales opositores que permanecen en Rusia están encarcelados. Los demás huyeron o se exiliaron, como el excampeón mundial de ajedrez Garry Kasparov. Mijaíl Jodorkovski, exmagnate del petróleo, pasó diez años en la cárcel por haberse opuesto a Putin a principios de los años 2000. Después se instaló en Londres. Otros más huyeron del país al crecer la represión.