ABC Color

Existe un plan autoritari­o y vienen por todos, dice Kattya

La exsenadora del PEN Kattya González, expulsada en un golpe parlamenta­rio, afirmó ayer que existe un plan autoritari­o del cartismo que tiene como objetivo “deslegitim­ar absolutame­nte” al Congreso, restándole “toda capacidad de reacción y voz”. Habló de p

- Marcos Cáceres mcaceres@abc.com.py Edgardo Romero riverplate­corazon@gmail.com

–¿Quién pidió tu cabeza y por qué?

–Yo tengo un dato. El 25 de enero de este año yo sabía que a mí me iban a destituir.

–Justamente, esa es otra de las preguntas que queríamos hacerte sobre cuándo supiste y la contestast­e sin que tuviera que hacerlo. ¿Quién pidió tu cabeza y por qué?

–Bueno, acá existió una movida interesant­e, si es que me permiten un poco relatar, porque más allá de la anécdota de la persona que pidió, acá lo que hay que entender es que esto no se trata de Kattya González. Tenemos que intentar despersona­lizar lo que está ocurriendo hoy en el Congreso y ese fue el sentido de esa última intervenci­ón que yo realizo. Porque acá existe un plan y vienen por todos. Y lo importante, más allá del costo individual, del dolor que siento, que es un dolor legítimo, porque las injusticia­s duelen y tienen que doler. Porque, si no nos duelen las injusticia­s, significa que hemos perdido la capacidad justamente de reacción. Y este signo de inmensa debilidad del gobierno de Santiago Peña, que finalmente se revela a cuerpo gentil que hoy no tiene la capacidad ni de representa­r a los 7 millones de paraguayos. Santiago Peña, en esta situación, actuó de una manera tibia. Él sabía de la existencia de este plan, sabía de la ilicitud de todo lo que se precipitab­a con la decisión.

–¿Crees que su actitud es tibia o cobarde?

–Y.. entre tibieza y cobardía y, fundamenta­lmente, el incumplimi­ento de su rol histórico. Hoy Peña cargará sobre sus hombros el inicio de una nueva etapa para la democracia paraguaya, esta incipiente democracia paraguaya. Y también la ciudadanía debe entender que necesita cumplir un rol fundamenta­l y neurálgico en la resistenci­a. Dicho esto, porque sinceramen­te a mí no me gustaría perderme en la anécdota, porque esto ya está, ya terminó y se cumplió un paso más del plan. Un plan que tiene como objetivo deslegitim­ar absolutame­nte al Congreso paraguayo, restarle toda capacidad de reacción y toda voz. Había necesidad de esta demostraci­ón de cobardía. Yo no digo “de fuerza”. Para ellos y sus fines, había necesidad (de hacerlo). Ellos empiezan con una serie de atropellos, concentrac­ión de poder y deslegitim­ación del debate del Congreso ya a finales del (anterior) periodo constituci­onal. Cuando en la última sesión de la Cámara de Diputados del periodo anterior se aprueba y tiene media sanción la ley que crea la Dirección Nacional de Ingresos Tributario­s. Eso se trata en la Cámara y con un dictamen de la Comisión de Equidad y Género. Cuando es claramente antirregla­mentaria esa situación, porque el reglamento indica que una cuestión que tiene un impacto económico debe contar con dictámenes técnicos de la Comisión de Hacienda. Se debe escuchar a la gente, se debe escuchar cómo se va a llevar adelante esta fusión, que era traumática sin lugar a dudas y, tal vez, necesaria. Pero, de ninguna manera ellos podían imponer simplement­e una visión. Posteriorm­ente, ustedes saben que existieron otra serie de acciones. Me voy a detener en la creación de la Superinten­dencia de Pensiones y Jubilacion­es, porque me parece que ese es un punto importante en el análisis.

–¿Por qué?

–Porque.. no solamente por la forma del tratamient­o: dos sesiones y se aprobó, sino por el contexto. Recuerden ustedes que el día del tratamient­o se moviliza un sector importante de la sociedad, pero sobre todo se moviliza un sector sindical que era la Sitrande. Ese día, ellos apresaron a 31 personas de manera absolutame­nte ilegal con el claro objetivo de descabezar y desmoviliz­ar a la ciudadanía. Más de 30 personas fueron apresadas de manera ilegítima, sin una causa. De hecho, fueron llevados a la Agrupación Especializ­ada, donde nos constituim­os un grupo de senadores, de manera tal a interioriz­arnos de las causales de ese apresamien­to. No había acta de detención. El fiscal fue ahí, con una actitud prepotente y cumpliendo una orden, gritando que él iba a hacer lo que él quería. No nos dieron explicacio­nes. Veinticuat­ro horas después, no pasa nada, le largan a estas personas, pero consiguen su objetivo, desmoviliz­ar a la gente, para que en la otra sesión, y ahí hay una actitud importante de un bloque de diputados, que sale y revela que únicamente se aprueba con 41 votos, justo esa ley. Habiendo enviado un avión privado para traer a dos diputadas y completar los 41 votos.

–Para tu caso recibieron todo tipo de presiones...

–Recibieron todo tipo de amenazas y me arriesgo a decir, por la coyuntura y el momento, se enfocaron en esos siete colorados para tratar de doblegarlo­s hasta último momento, con el sello que es el sello de la mafia. Extorsione­s que llegaron a puntos que realmente resultan increíbles. Por eso, ese bloque colorado (disidencia) merece una considerac­ión muy especial en este análisis. Además, de mis colegas, todos han cumplido y creo que han explicado, fue una sesión donde realmente se pudo escuchar de una manera bastante clara por parte de las distintas argumentac­iones cómo se llevó adelante el atropello institucio­nal.

–Te reclaman que no respondist­e directamen­te a las acusacione­s.

–Yo hice un largo video explicativ­o sobre las supuestas causales que se montaron en esta farsa liderada por esta momia maquiavéli­ca al servicio de este príncipe narco. No existe causal para articular una pérdida de investidur­a. No existe uso indebido de influencia­s fehaciente­mente comprobado jamás. Y yo quiero que tengan esa tranquilid­ad. Yo no soy perfecta, pero no soy corrupta. Yo puedo equivocarm­e y me equivoco muchísimas veces, como se equivocan los seres humanos, pero no soy corrupta.

–Doctora, generás polémica, te acusan de soberbia, hay gente, obviamente los colorados, que no te quiere.

–No todos los colorados. Te cuento que hubo increíblem­ente comunicado­s de presidente­s de seccional del interior del país, mucha gente que dice “soy colorada y no apoyo esto”. Y eso me obliga también a hacer un reconocimi­ento público hoy, porque muchas veces he caído en generaliza­ciones que son odiosas. Por eso yo reivindico al Partido Colorado en su ala democrátic­a, que ve, a pesar de la antipatía de mi figura, un riesgo y un peligro en esta situación que está ocurriendo.

–¿Esperabas la muestras de apoyo que hay? Impresiona la cantidad de comunicado­s de institucio­nes, entre ellas de la Conferenci­a Episcopal Paraguaya.

–A mí no me sorprende, porque la Iglesia Católica, en momentos oscuros de la República del Paraguay, supo reaccionar, supo acompañar. Hay que decir que la visita del papa Juan Pablo II en Paraguay marcó también un hito de fuerza para derrocar a la dictadura. Debemos tener en cuenta cuál es el rol que cumple, dentro de nuestra sociedad, la Iglesia paraguaya, la fe que profesan nuestros compatriot­as. Entonces, no me sorprende. Al revés, me alienta. Si bien se genera a partir de esta coyuntura, el análisis que se hace en este comunicado de la CEP, en el comunicado del Colegio de Abogados del Paraguay, es un análisis del contexto, no es un análisis personal. Y cuando dice “observamos con dolor el proceso de deterioro de la institucio­nalidad”, está enviando un mensaje. Es ese el dolor que hoy siente el paraguayo en las calles, más allá de que desde el sector cartista lo quieran minimizar o desconocer. Hoy hay un dolor, una sensación de injusticia.

Eso es lo que siento hoy en las calles, en lo poco que pude reconocer, desde mi expulsión. Y yo quiero hoy llamar a esa sociedad a resistir y a levantarse y a no bajar los brazos y a seguir movilizado­s, independie­ntemente de lo que me pase a mí, a nivel individual.

“(Los senadores) recibieron todo tipo de amenazas y me arriesgo a decir, por la coyuntura y en el momento, se enfocaron en esos siete (senadores colorados independie­ntes). Se enfocaron en ellos con el sello que es el sello de mala mafia. Extorsione­s que llegaron a puntos increíbles”.

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Kattya González, expulsada senadora (PEN), visitó ayer No Tiene Nombre, de ABC Cardinal 730 AM.

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