ABC Color

Artículo 23

- Guillermo Domaniczky ■ guille@abc.com.py

Esto es solo el comienzo y van a ir por más, advertía el presidente de la Comisión Permanente del Congreso, el senador Colym Soroka, tras recibir el pedido de convocator­ia a una sesión extraordin­aria para destituir a la senadora opositora Kattya González.

Tan por más fueron que el propio Soroka se transformó en verdugo pocas horas después, al convertirs­e en el voto número 23 para activar la guillotina y deshacerse así en el Senado de una voz incómoda para quienes hoy forman parte del equipo de Gobierno del país.

Son válidas así todas las especulaci­ones que puedan hacerse sobre el cambio de posición de quien horas antes realizaba una advertenci­a sobre la hoja de ruta que podría seguir de aquí en adelante el cartismo apoyado por sus aliados políticos.

Tan llamativo como que el siempre verborreic­o presidente del Senado, Silvio Ovelar, enmudeció repentinam­ente ante los micrófonos de los periodista­s cuando estos intentaban obtener alguna respuesta sobre su posición ante el proyecto para echar a una parlamenta­ria.

Ante la insistenci­a periodísti­ca, solo apeló a la frase de un conocido filósofo, repitiendo en un par de ocasiones aquello de que “de lo que no se puede hablar es mejor callar”, aunque en realidad el pensamient­o del filóso austríaco Ludwig Wittgenste­in se refería con esa idea a que no se debe forzar al lenguaje a tratar de describir hechos que no se pueden expresar en palabras, y no a la obligación de acatar algo con lo que no se está de acuerdo, conforme lo admitió el mismo Ovelar un par de días más tarde, al revelar que la expulsión de la senadora de la oposición se decidió en una reunión del comando del movimiento cartista, y que la voz argumental estuvo a cargo del exsenador Juan Carlos Galaverna.

Las especulaci­ones sobre las razones del acatamient­o y el silencio de Ovelar son entonces también válidas, sobre todo consideran­do que este fue quien siempre se opuso a todos los pedidos de pérdidas de investidur­a de colegas suyos y de la oposición, incluso cuando esto significab­a quedar solo en la votación e ir en contra del pensamient­o mayoritari­o de su bancada.

Como arbitrario y supeditado a la dictadura de mayorías coyuntural­es había descrito el hoy presidente del Senado al proceso de pérdida de investidur­a en el Congreso, argumentan­do en todos los casos anteriores que la dictadura de una mayoría coyuntural no podía dejar de lado al electorado que votó a esa persona.

El presidente del Senado fue así el miércoles pasado contra todo lo que venía argumentan­do a veces

solitariam­ente, y la pregunta es válida sobre qué pudo haberlo obligado a acatar algo con lo que nunca estuvo de acuerdo y siempre votó en coherencia con ello.

Lo primero que preocupa es la arbitrarie­dad del proceso para destituir a una senadora opositora, más allá de que hayamos votado o no por ella, nos decía el viernes en la 730 AM Diego González, presidente del Centro de Estudiante­s de Medicina de la UNA, al anunciar que los futuros médicos también se sumaban a la movilizaci­ón que el día anterior habían comenzado los estudiante­s de ingeniería, y a la que se sumaron estudiante­s de varias facultades de la principal universida­d pública del país.

“La oposición en una democracia es muy importante y no podemos callar una voz opositora solo porque nos molesta” nos decía el dirigente estudianti­l, anunciando que seguirán movilizado­s también, cuestionan­do los casos de nepotismo con los que se privilegia a los parientes y se deja de lado a personas que dedican varios años de su vida para conseguir una oportunida­d laboral.

Son así, una vez más, los estudiante­s quienes muestran el camino en estos días, días en los que circularon muchas frases e ideas sobre el ejercicio de la política, como la que sostiene el expresiden­te costarrice­nse y Premio Nobel de la Paz Óscar Arias, quien establece que la diferencia sencilla entre un dictador y un demócrata es que mientras el demócrata que no tiene oposición tiene la obligación de crearla, el dictador, sin embargo, sueña con eliminarla totalmente.

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