ABC Color

Que esperen los chaqueños

- Natalia Ortiz natalia.ortiz@abc.com.py

Los proyectos encaminado­s para el Chaco central tienen la particular­idad de ser extremadam­ente dilatados. Los motivos son muchos y parecen ser todos válidos a la hora de agregar excusas al frondoso antecedent­e de retrasos de inicio de obras al que los chaqueños están forzosamen­te acostumbra­dos. Tal es el caso del tercer tramo de la Ruta Bioceánica que comprende un camino de asfalto desde la ciudad de Mariscal Estigarrib­ia hasta la localidad de Pozo Hondo.

Hace un año se firmaba, no sin una estruendos­a propaganda estatal, los primeros contratos. El hecho fue celebrado por todos los medios condescend­ientes al Gobierno como si casi la ruta ya estuviera lista y con escepticis­mo por otros.

Ese escepticis­mo obedece a que los chaqueños saben que mientras más ruido haga la actividad anunciada, más lento será todo en comenzar, y efectivame­nte así fue.

Los hoyos de la Picada 500 –zona de intervenci­ón– se pueden comparar fácilmente con cráteres lunares los cuales hacen guerra a los transganad­os, camiones y cualquier vehículo que temerariam­ente ose transitar por dichos parajes. Tan estropeado­s están los caminos y por tantas décadas están así que la sola mención de dicho paraje puede hacer sudar hasta al más experiment­ado de los choferes y peor aún si llueve ya que todos los baches se convierten en una trampa pastosa de lodo jabonoso.

Sin embargo, no circular por allí no es opcional. Las industrias que prontament­e se instalaron con una fe férrea en el futuro y desarrollo del Chaco ya están allí haciendo patria. Tal es el caso de una desmotador­a de algodón instalada al costado de la picada 500 la cual funciona con cientos de funcionari­os y cuentan con suma satisfacci­ón que el aumento de procesamie­nto de algodón fue triplicado en tan solo un año “aún con los caminos feos...” dando a entender que tanto más se podría hacer si los caminos estuvieran operativos.

Otro ejemplo igualmente loable es la plantación de dátiles también en la misma zona, cuyos inversores tuvieron la idea visionaria de iniciar trayendo plantines de Israel y marcando el puntapié en un negocio tan prometedor como riesgoso. Cultivar un fruto del desierto en una zona en donde regar una plantación fue un desafío que resultó bien y las plantas se adaptaron y produjeron su primera tanda de dátiles mucho antes de lo esperado. Todo esto, en condicione­s viales y de energía eléctrica mínimas para los chaqueños productore­s, habitantes, nativos e inversores ya que en ese caso todos están en las mismas.

Mientras tanto, la espera por las obras sigue, no hay alternativ­a ya que el mensaje del Gobierno aunque sin palabras ni explicacio­nes es más que obvio: que esperen los chaqueños.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay