Falta de rubros y precariedad
En Roque Alonso unos 1.800 niños recorren kilómetros o no estudian por falta de escuela. En el interior, sin espacios, dieron clase bajo árboles, en capillas o en aulas divididas. En Asunción y Encarnación hubo reclamos por la falta de rubros para horas
Las clases comenzaron una vez más con múltiples falencias ayer, como la falta de asignaciones de docentes en los colegios, aulas en pésimo estado y con niños que no cuentan con instituciones en su comunidad. El ministro de Educación, Luis Ramírez, dijo que necesitan US$ 500 millones en tres años solo para reparar locales y pidió visitar “escuelas preciosas”.
El bullicio en el patio, las sonrisas de los niños y la alegría de los jóvenes, que en el caso de los del tercer año tuvieron su último primer día (UPD), coparon ayer las instituciones educativas públicas para el inicio de clases. Según el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), 1.470.000 estudiantes están matriculados en colegios públicos, privados y privados subvencionados.
“Estoy muy emocionada por volver al colegio, este es mi segundo año en el BTS (Bachillerato Técnico en Salud) y vamos a tener muchas nuevas materias”, comentó Mariana Martínez, alumna del Colegio Nacional Juan Ramón Dahlquist de Asunción.
La emoción de los estudiantes contrasta, en más del 50% de los centros educativos, con el mal estado de las aulas, de los sanitarios, por la falta de ventiladores y con las 560 instituciones escolares que funcionan con letrinas. Hay 455 salas en riesgo de derrumbe y faltan 604.000 muebles pedagógicos.
En el complejo habitacional San Blas de Mariano Roque Alonso, iniciado por el Gobierno anterior para mudar a familias que vivían en la zona de dominio del ferrocarril y de otros lugares, no tuvieron en cuenta a 1.800 niños que viven actualmente en el sitio. No construyeron ni una sola escuela.
“Mi sobrina tiene cuatro hijos y es el segundo año consecutivo que se está quedando sin escuela. Solicito urgentemente que el MEC se haga eco de nuestro problema. Son niños a quienes se les está negando el derecho a la educación”, reclamó una de las habitantes del complejo de viviendas.
Algunos estudiantes deben migrar hasta Asunción y otros distritos de Central, a decenas de kilómetros, para cumplir con el anhelo de estudiar.
En Misiones, las obras todavía no se iniciaron en la escuela San Roque González de Santa Cruz, donde se derrumbó el techo de un pabellón en junio último. En el mismo departamento estuvo ayer el presidente Santiago Peña, quien llegó tarde al inicio de clases de la escuela Víctor Vasconsellos, junto con el ministro de Educación, Luis Ramírez.
Los niños comenzaron el año lectivo en una parroquia porque la escuela Mario Santacruz tiene obras inconclusas. El mismo drama sufren en el Colegio Nacional José P. Guggiari y otras 15 ins
tituciones de Asunción, que desde 2020 tienen construcciones de aulas paralizadas, a cargo de la empresa Engineering SA, propiedad de Juan Andrés Campos Cervera.
Al ser consultado sobre las precariedades de la infraestructura escolar, el ministro Luis Ramírez, minimizó ayer la situación: “Es muy dispar (la realidad), hay estructuras preciosas, extraordinarias.
Hay muchísimas escuelas que se están inaugurando, nuevitas y otras muy bien mantenidas”, aseguró en su visita a Misiones.
En conversación con ABC Cardinal, indicó que requieren US$ 500 millones en tres años para mejorar la infraestructura y que necesitan reparar 1.000 locales al año para que se vean mejoras en ese período de tiempo.
Dahiana Fernández y Sasha Ynsfrán, estudiantes del Colegio Nacional José Guggiari, exigieron al MEC atender la falta de rubros para docentes. En la escuela Nueva Esperanza, de Encarnación, hubo protesta en el mismo sentido.
La Unión Nacional de Centros de Estudiantes (Unepy) reclamó que varios kits escolares llegaron incompletos.