ABC Color

Pobre Horacio

- Mabel Rehnfeldt ■ mabel@abc.com.py

Horacio es tan pobre que solo tiene plata. Su montaña de dinero le ha permitido comprar no solo empresas, sociedades, fábricas, industrias, socios nacionales e internacio­nales, sino también existe la fundada sospecha de que le habría permitido comprar –o al menos alquilar– poderes del Estado, institucio­nes, decisiones, dictámenes, informes, cargos, investidur­as, conciencia­s, hurras. Pero es tan pobre Horacio que el dinero no le ha servido para comprar lo que más le ha faltado en todos estos últimos años desde que probó el sabor del poder: INTELIGENC­IA, AUTORIDAD y SABIDURÍA.

Mi compañero cree que Horacio es inteligent­e,

pero no. Atropelló una enmienda inconstitu­cional aún a sabiendas de que hasta los muertos habían sido comprados, siguió atropellan­do cuando ya estaba todo descontrol­ado y terminó el mandato cargando con un muerto en su valija. Un hombre inteligent­e se hubiera retirado tras cinco años de degustar el poder político. Uno con autoridad hubiera controlado a sus hurreros. Y uno con sabiduría

nunca hubiera cometido tales atropellos.

Ayer nomás volvió a demostrar cuan pobre es Horacio.

Cuando faltaban dos minutos para las 8:00 de la mañana, el principal referente y jefe de bancada de Horacio, el médico Basilio Núñez, comunicaba que va a conversar con colegas que quisieran acompañar y presentar la derogación de la Ley 5777, de protección integral a las mujeres contra la violencia. En el Día de la Mujer Paraguaya, fue como ir de contramano a la procesión.

Dos horas después del anuncio para manotear a la ley para proteger mujeres, y al ritmo musical de “entre las flores que engalanan mi jardíííín sos la más linda paraguaya che cambááááá”, Horacio entregó una corona de laureles ante las Residentas, en Luque.

La velada develó cuán pobre es Horacio. Homenajeó a las mujeres 120 minutos después del desafortun­ado anuncio de degollar la ley para las mujeres. Y en su velada cultural reflejó que ni siquiera pudo poner como Presidente a un Presidente porque él mismo se encarga de disputarle el poder a su Presidente. Parece un trabalengu­as, pero no lo es. Un video subido a redes muestra el bochorno de que llegaran –sin más pena ni gloria– el presidente de la República, Santiago Peña, y su vicepresid­ente, Pedro Alliana, y que detrás llegara Horacio. Mientras todo el enjambre de hurreros zumbaba a su alrededor, de nuevo se confirmó QUIÉN ES EL QUE MANDA. Horacio una vez más le quitó el show y el poder a quien se lo prestó, dejando en claro lo pelele que es su prestanomb­re político.

Sábado movido el de ayer que confirmó cuán pobre puede ser alguien con plata. Y cuán minúsculo puede ser alguien con la investidur­a presidenci­al. Lo único que estuvo en su lugar fue la corona, es lo que se entrega a la memoria de las mujeres muertas.

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