Víctima acusó que Bower se reía mientras le torturaban
El Crio. Princ. Alfredo Cáceres González declaró ayer que el exministro del Interior Walter Bower (ANR) soltaba su risa inconfundible mientras era sometido a apremios físicos. Fue en el marco del juicio contra ese axalto funcionario estatal y dos agentes policiales, por supuestos hechos lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas y tortura, tras el fallido golpe de Estado del 18 de mayo de 2000 contra el Gobierno de Luis Ángel González Macchi.
En su extenso relato durante el juicio oral que se inició el 26 de mayo del año pasado, el comisario principal Alfredo Cáceres González declaró que efectivamente el entonces ministro del Interior Walter Bower Montalto no solamente participó de la sesión de tortura en su contra sino que además fue quien autorizó que los apremios físicos se lleven adelante en la Unidad del Comando de Infantería de Marina, adonde fue llevado el 19 de mayo de 2000.
El jefe policial refirió que fue llevado de la Comandancia de la Policía Nacional, casi a la medianoche de ese día, a la Unidad de la Armada, por orden del mismo Walter Bower, quien para el efecto encabezó una ca- ravana de entre tres y cuatro vehículos.
Cáceres explicó que tras el fallido intento de subleva- ción contra el Gobierno de Luis González Macchi (ANR) quedó como comandante de la Policía Nacional, ya que en ese momento era quien estaba en la unidad policial. Indicó que al entonces comandante policial Casto Roberto Guillén fue imposible de ubicarle.
El jefe policial relató que por orden de Bower fue esposado por el comisario Cayo Núñez y trasladado a la Infantería de Marina, donde se encontró con el expresidente González Macchi, el entonces ministro de Defensa
Nacional, Nelson Argaña, y el vicealmirante de la Ma- rina Miguel Ángel Candia, entre otros.
Risa inconfundible
Durante su declaración, el Crio. Princ. Alfredo Cáceres González aseguró que las preguntas en su interrogatorio las realizaba el exministro Walter Bower, a través del acusado pero ya fallecido comisario Basilio Pavón, quien entonces estaba a cargo de la Comisaría 11 Metropolitana.
Alegó que a pesar de estar atado de manos y con los ojos vendados, el jefe policial pudo individualizar perfectamente la risa inconfundible de Bower, quien
soltaba su alegría cada vez que era sometido a golpes.
Cáceres testificó que iden- tificó a Bower como el que ordenó que le “aprieten los testículos”, lo que le produjo un gran dolor.
De igual manera, dijo que pudo individualizar que el acusado entonces oficial 2° Osvaldo Javier Vera Espínola fue quien le ató las manos hacia atrás y quien posteriormente le levantó de los brazos, provocándole un terrible dolor.
También relató que Vera Espínola fue quien le golpeó los tímpanos con las manos abiertas, lo que le produjo un sangrado que manchó la remera blanca que vestía.
Cáceres González refirió
que eran dos los que le aplicaban los golpes en citada unidad de la Armada, el otro era el también acusado Sub Crio. Merardo Palacios. La agresión de Bower fue desde el inicio de su detención, dijo. “Usted es oviedista; prepárese para pelear. No tiene vergüenza, no es digno de vestir el uniforme, sáquese el uniforme”, le había dicho y le hicieron volar el gorro, manifestó.
Cáceres negó que en tiempo de cumplir la función de agente policial se haya desempeñado como parte de le nucleación que aglutinó al oviedismo.
Indicó que recién en 2004 cuando pasó a retiro se unió a esa agrupación política.