Víctima de tortura también identificó a Bower por su risa
La víctima y querellante del caso de tortura Jorge Luis López Sosa también declaró en el juicio oral que identificó al exministro del Interior Walter Bower Montalto por su risa inconfundible en las sesiones de castigo a los autores del fallido golpe.
El policía Jorge Luis López Sosa (56 años), quien en el momento del supuesto frustrado golpe de Estado del año 2000 (Luis González Macchi era el presidente) tenía el rango de oficial inspector, reveló que estuvo 1 año 7 meses con prisión preventiva en el caso de supuesta sublevación contra los órganos constitucionales del Estado, caso del que fue sobreseído.
Al igual que el comisario Alfredo Cáceres, también relató López Sosa en el juicio oral que se percató en la Marina de la presencia del entonces ministro del Interior Walter Bower Montalto, por su inconfundible risa.
El hecho de tortura que atribuyen al exministro del Interior Walter Hugo Bower Montalto, al subcomisario Merardo Palacios y al suboficial 2º Osvaldo Javier Vera, supuestamente fue perpetrado en días posteriores al 18 de mayo de 2000.
Jorge Luis López relató pormenorizadamente la forma en que a partir del 19 de mayo de 2000 fue trasladado de la Comandancia a la Comisaría
11 Metropolitana, que estaba entonces a cargo del Crio. Basilio Pavón (fallecido, quien también estaba procesado), donde le aplicaron los apremios físicos.
López explicó en el juicio oral que fue atado de manos con un pedazo de colchón y vendado los ojos. Indicó que el acusado Osvaldo Vera fue quien al principio le aplicó los golpes en las plantas de los pies.
Sin embargo, indicó que como lo golpes no eran lo suficientemente fuertes, Merardo Palacios le increpó y le mostró a Vera la forma correcta para dar los castigos, con más fuerza.
También declaró que el comisario Pavón recibía las órdenes de Bower, a través de la línea baja de la comisaría. Dijo que supo que era Bower porque Pavón le dijo a sus torturadores (Palacios y Vera) que por orden del ministro del Interior había que aplicarles el castigo.
Ya en la Marina fue que identificó a Bower cuando reía en el momento en que Cáceres recibía los golpes y eventualmente le oía hablar.