“Blindaje” constitucional al aborto
(AFP). Francia se convirtió ayer en el primer país en inscribir la “libertad garantizada” a abortar en su Constitución, una histórica decisión a contracorriente que buscar abrir “una era de esperanza” en el mundo tras varios reveses.
Por 780 votos a favor y 72 en contra, los legisladores adoptaron sin sorpresa esta reforma constitucional durante un Congreso extraordinario de ambas cámaras en el Palacio de Versalles, al oeste de París.
“Digo a todas las mujeres, dentro de nuestras fronteras y más allá, que la era de un mundo de esperanza comienza”, aseguró el centro-derechista Attal.
El estadounidense Donald Trump, el argentino Javier Milei, el brasileño Jair Bolsonaro y el húngaro Viktor Orban son algunos de los mandatarios o exmandatarios que la oposición de izquierda puso como ejemplo de esa amenaza.
Vestida de verde y con un pañuelo del mismo color en el antebrazo, “en homenaje a las mujeres argentinas”, la diputada izquierdista Mathilde Panot dedicó esta “victoria” a todas las mujeres que en el mundo “luchan por
decidir sobre su cuerpo”.
La ceremonia final de inscripción del aborto en la Constitución será el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, anunció el presidente Emmanuel Macron.
Casi medio siglo después de su despenalización en Francia, existe un amplio apoyo social, pero la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022 de dejar de reconocerlo como
un derecho a nivel federal activó las alarmas.
Meses después del caso estadounidense, la oposición de izquierda y el oficialismo en Francia comenzaron un largo proceso legislativo, que culminó este lunes con una gran mayoría.
En el lado opuesto, algunos países la prohíben implícitamente en su ley fundamental al blindar un derecho
a la vida desde la concepción, como en el caso de República Dominicana, Filipinas, Madagascar, Honduras y El Salvador.
“En la era de los derechos humanos universales, no puede existir un ‘derecho’ a suprimir una vida humana” , afirmó en un comunicado la Academia Pontificia para la Vida, el organismo del Vaticano que se encarga de las cuestiones de bioética.