CERRO PORTEÑO
De entrenador provisorio a definitivo, y de fijo nuevamente a interino. Así de nebuloso es el “mundo” Cerro Porteño con Víctor Bernay, quien en la tarde de ayer inició la semana de actividades al frente de la dotación como si nada hubiera pasado.
El club popular arrastra una negativa racha de seis partidos sin ganar. El viernes, luego de otro fallido intento, en el empate contra Guaraní en la Toldería (1-1), se daba como un hecho el despido de Bernay, al que se lo notó apagado en la conferencia, producto del bajo rendimiento del elenco.
Al final, las autoridades determinaron la continuidad del argentino, aunque sea en forma momentánea, pues la posibilidad de remoción está latente. El mismo plantel estaría necesitando un cambio de aire.
* Déficit. La grandeza de la institución no se condice con el flojo sistema de comunicación (en mitad de tabla hasta en ese
ítem). Como las autoridades no son claras para la emisión de los mensajes a “la mitad más uno”, todo se vuelve incierto, a tal punto que este es el momento que la afición cerrista no sabe a dónde apunta el club, que está en las puertas de una nueva participación en la Copa Libertadores.
De acuerdo a los datos, el reemplazante de Bernay sería alguien de su misma nacionalidad, que inclusive podría ser presentado en la semana. De momento, el cuestionado orientador planifica como una especie de rueda de auxilio el duelo sabatino contra Tacuary, a disputarse en el Defensores del Chaco, a las 19:30.
* Crecimiento. A través de la Fundación Azulgrana, Cerro presentó en la víspera el Centro Educativo Adriano Irala, un colegio técnico en Ypané que tiene como objetivo la preparación de jóvenes líderes y futbolistas con valores, integridad y sueños.