Los delitos, asesinatos y desórdenes morales causan dolor, afirma obispo
El obispo de la Diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, expresó que “el crimen, los asesinatos y demás desórdenes morales hacen que la sociedad sea tan dolorosa, difícil e insoportable”. Fue durante la tradicional misa dominical de las 07:00 en
Monseñor Ricardo Valenzuela expresó que se puede observar la falta de Dios en la vida de muchas personas y que eso las lleva indefectiblemente a un camino lleno de oscuridad. “El crimen (delitos graves), los asesinatos y demás desórdenes morales hacen que la sociedad sea tan dolorosa, difícil e insoportable”, manifestó.
Añadió que se puede ver cómo el pecado hace infelices a los pueblos porque la gente desconoce a Dios en un país donde abundan la maldición, la mentira, el homicidio, el robo y el adulterio. Es por eso que
hoy en día hay mucho temor en nuestros alrededores, dijo.
Teniendo en cuenta esa triste realidad, el religioso instó a no olvidar la Palabra de Dios.
“El primer motivo que nos impulsa a amar al prójimo con amor de caridad es el mandamiento de Dios, porque el Señor nos manda y nos dice: ‘Ámense unos a otros como yo los he amado’”, expresó el prelado.
“Dios es bondad infinita y ha creado todas las cosas, dejando en ellas un reflejo de sus divinos atributos. Y cuanto más perfecta es esa creación, más se manifiesta ahí
esa bondad creadora. De manera que cuando amamos a un ser, amamos a Dios reflejado en ese ser”, señaló monseñor Valenzuela.
En otro momento de su prédica, monseñor Valenzuela mencionó la importancia de practicar la conversión y fortalecer la fe. Exhortó a aprovechar más estos tiempos previos
a la Semana Santa para la conversión.
“Hay que continuar nuestro tiempo cuaresmal hasta llegar a la Semana Santa y vivir intensamente la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Por eso hoy, este cuarto domingo de cuaresma, es llamado a la alegría,
domingo de la alegría”, agregó.
Monseñor Valenzuela invitó a recordar que el hombre es y siempre será imagen y semejanza de Dios. “Es su obra predilecta. Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza porque esa es la perfección de Cristo”, enfatizó monseñor Valenzuela.